Mujeres guerreras del Cono Norte preparan al día entre 150 y 200 raciones, pero lo curioso es que no cobran por los platos de comida que alimentan a niños, madres solteras, adultos mayor y sobre todo a las personas con discapacidad del sector V, pozo 1, de la asociación de vivienda José Luis Bustamante y Rivero, distrito de Cerro Colorado.
Las 45 socias de la olla común Forjadoras de la Esperanza se levantan temprano para ir a los mercados de la plataforma comercial Río Seco, vía 54 y vía de Evitamiento a recolectar víveres y productos que cordialmente son donados por los comerciantes.
“Vamos a los mercados y nos donan algunos víveres como cebolla, papitas y verduras. De esa manera conseguimos los ingredientes para preparar los alimentos. No cobramos por la comida que preparamos, pero entre las asociadas aportamos un sol cada semana para comprar la leña”, contó Filomena Hacha, asistente social de la olla común.
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Las asociadas levantaron la olla común a un costado de un parque. Las instalaciones son precarias, elaboradas con palos, esteras, rafia y bloquetas sobrepuestas donde se colocarán calaminas donadas que las protegerá del inclemente sol.
“Nos han donado calaminas y estamos armado un cuarto con bloquetas, uno encima de otro. Pero no podemos guardar los víveres por temor a que nos roben. Todo se guarda en casa a algunas vecinas”, señaló Filomena.
Cocinan a leña y su ingenio las llevó a elaborar una mesa con madera que se utilizó en construcción de viviendas, encima una capa de cemento que es el soporte para poner los ingredientes.
“Hemos fabricado como hemos podido, los ingredientes ya que no pueden estar en el suelo. La madera se está malogrando y debemos conseguir otra mesa. Cualquier apoyo nos ayudará”, apuntó.