Suplemento "El Gallito" enfrenta a políticos con su afilada pluma
Suplemento "El Gallito" enfrenta a políticos con su afilada pluma

Su número cabalístico es el 17, habla más de tres idiomas y se considera un Quijote, personaje que en vez de vestir armadura luce jeans y polo blanco, y como espada lleva bajo el brazo el arma más afilada que hace temblar a los políticos y a cuanto personaje se le cruce en el camino. Lessness Podestá ha mantenido su suplemento humorístico El Gallito por 16 años, tiempo que le ha servido para reinventarse y realizar distintos proyectos con el objetivo de acercar a los jóvenes a la lectura.

¿Por qué El Gallito?

Porque era muy picón. Era mi chapa en el Rímac. A los 22 años me fui a Alemania, ahí, mientras me ganaba la vida, vi el logo de un periódico en la ciudad de Munich, que coincidía con mi chapa y dije: si publicara algo sobre noticias de mentira o crítica punzante con sarcasmo, le pondría ese nombre. Después de tres años regresé a Perú y fui a trabajar a cruceros por 6 meses, luego hice un contrato por 9 meses con tanto éxito que ya no quieren que vuelva al barco.

Supl

Cuando me fui tenía que sobrevivir, felizmente nadie dependía de mí. Ahora tengo un hijo. Así que cada vez que el barco paraba en alguna ciudad yo quería conocer y no tenía mucho tiempo, y se enojaban por mi retraso. Ellos querían otro tipo de personal. Lo que más les daba cólera es que el perfil de asistente de mozo lo tenía yo por los idiomas, pero deseaba trabajar en el bufete, me gustaba ir a la cocina y hacer el trabajo sucio. La atención esmerada a los tripulantes no me gustaba. Mientras tanto, escribía en el barco, todos ya me conocían como “el profesor”. El punto crucial fue en Londres, cuando llegamos al puerto de Dover, a tres horas estaba la ciudad, yo quería conocer, pedí permiso, pero no me lo dieron, así que me escapé y me hicieron un reporte que decía “El señor Podestá ha rehusado ascender de posición, aduciendo que quiere escribir una novela a bordo y conocer nuevos lugares”.

¿Cómo llega a Arequipa este suplemento?

Estaba buscando una ciudad donde desarrollar este proyecto. Así que llegué en el año 98, no había malls, era distinto, todo se concentraba en el centro. Vine por mi papá que lo nombraron editor del diario La República. Los primeros meses me dediqué a construir la casita en un lote que teníamos en Miraflores; fue el primer centro de operaciones yo lo llamaba Cuartel general Av. Espinar 1415. Luego hice algunos amigos y les comenté que quería hacer una novela sobre los peruanos ilegales en Europa. Salió el libro y en seis meses se acabó el tiraje.

¿De dónde nace la idea de la sátira política?

Hay cosas que me indignan. Es feo, antes de salir de Lima había esta banda de Pelo Madueño que gritaba arengas agresivas contra la sociedad. Los “punkqueques” eran muy directos y por ello su público no podía ser amplio, porque la manera en que transmitían su mensaje era muy radical. Puedes ser más sutil, para eso hay que utilizar el ingenio, por ejemplo cuando escribo “La Convención minera no será en la Unsa sino en Cocachacra”, los que están enterados entienden de qué estoy hablando, otras personas se enteran de cosas nuevas.

¿Cuál es límite entre la ficción y la realidad?

Es más difícil crear una ficción que dé risa, que utilizar a un personaje que ya te da todo para satirizarlo. Por ejemplo, una vez escribí. “Se robaron el Tuturutu” y la mamá de mi amigo fue a la Plaza de Armas para verificar si realmente era cierto. Entonces, el efecto es distinto porque la mayoría de cosas son ciertas, pero al final la gente se ríe.

¿El Gallito ha sido víctima de amenazas?

Recuerdo que una vez, estaba revisando un libro, donde se utilizaba un método en inglés y español para aprender el idioma gringo y este tenía ejercicios que estaban mal escritos y lo peor era que la dedicatoria también tenía errores, entonces se me ocurrió hacer una nota que la titulé “El nuevo método del brichero”, donde me burlaba del libro. Lo repartí en la tarde y me iba por los bares para ver algunas reacciones; el autor del texto se dio cuenta y peor que Montesinos, con los periódicos de La República, fue a todos los bares donde repartí El Gallito para botarlos a la basura y de paso me estaba buscando, yo estaba en mi casa debajo de mi cama como Belaunde. No pasó nada, pero sí, algunas personas se resienten.

También ocurrió algo un poco incómodo en la UCSM cuando titulé “ La Universidad Caótica de Arequipa subastará a Juanita”, entonces llego a la universidad para repartir El Gallito y me dijeron: ¿A usted le parece gracioso que vamos a subastar la Juanita? Ya no puede entrar nunca más, pero igual repartía en la puerta.

¿En qué consiste este nuevo proyecto?

Son pequeñas revistas que contienen la vida de pintores como Dali, Van Gogh, Da Vinci, entre otros, con el ánimo de que los escolares se culturicen. Es una lectura fácil para que los niños no se cansen. Yo creo que si la gente lee y se cultiva no te va pintar las paredes, ni te va a sacar los adoquines de la Plaza de Armas, parece un poco quijotesco, pero yo creo realmente en esto. Cuando reparto los libritos en los colegios me dicen ¿Cuánto cuesta? yo les digo: es gratis, y te miran medio raro, como diciendo por algún lado va a sacar plata. No están acostumbrados a que les regalen cosas así, luego preguntan ¿Cuál es el objetivo? que conozcan a los personajes, los niños están contaminados con combate, Nicola Porchela, a estos deben conocer, les contesto.

TAGS RELACIONADOS