El ministro de Salud, Jorge López, anunció ayer que el uso de la mascarilla ya no será obligatorio y solo se empleará en hospitales, servicios de transporte y si se presenta algún síntoma respiratorio.
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Aunque la flexibilización puede ser catalogada como el primer paso para la eliminación definitiva del empleo de la mascarilla contra la COVID-19 en el Perú, como ha ocurrido en países vecinos como Chile, el jefe de epidemiología del hospital Honorio Delgado, Percy Miranda, sostuvo que los cuidados aún deben mantenerse y solo se deberían dejar de lado cuando ya no se notifiquen más casos positivos de la enfermedad que hasta el momento ha causado la muerte de 216 mil 309 personas en el país, de las cuales 7 mil 97 vivían en Arequipa.
El especialista precisó que, si bien la cuarta ola de la pandemia está en un descenso progresivo, está aún presente y no se puede garantizar que no vuelva a registrarse un rebrote. Estimó que debe transcurrir al menos entre 4 a 5 cinco años, desde su inicio, para conocer la caracterización de la COVID-19 estableciendo un canal endémico que permita saber en qué tiempo (meses) puede registrarse más casos, cuando desciende y los niveles máximos de contagio que se pueden admitir antes de declarar un nuevo brote de la enfermedad.
“Se han dado las flexibilizaciones por el nivel de confianza que da la vacunación y el descenso de los contagios que son cada vez menos, pero yo recomiendo que las personas se sigan cuidando lavándose las manos, usando las mascarillas y evitando aglomeraciones mientras no dejemos de notificar casos positivos, hospitalizaciones y fallecimientos y eso será cuando conozcamos el comportamiento real de la enfermedad”, dijo el especialista
Subrayó que estos cuidados no solo han evitado el contagio de la COVID-19, sino también han reducido otras enfermedades respiratorias como la neumonía.