De siete establecimientos de salud nuevos que están construidos o en proceso en la región Arequipa, solo tres que están ubicados en la provincia de Islay son los únicos que abrirán sus puertas antes de que termine el primer semestre del año para la atención de los pacientes.
El gerente regional de Salud, Walter Oporto, sostuvo que el hospital de Alto Inclán en Mollendo y los centros de salud de Cocachacra y la Curva en el distrito de Deán Valdivia están próximos a atender, a diferencia de lo que ocurre con los hospitales Maritza Campos en Cerro Colorado, el de Camaná ubicado en la provincia del mismo nombre, Chala en Caravelí y Cotahuasi en La Unión que tiene problemas legales que hacen imposible determinar, por el momento, cuándo podrían retomarse los trabajos en cada uno de ellos para que sean acabados y entren en funcionamiento.
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Walter Oporto sostuvo que de los tres establecimientos de Islay, el primero que comenzará a recibir pacientes será el hospital de Alto Inclán, ayer sostuvieron una reunión con funcionarios del Ministerio de Salud para afinar algunos detalles de su funcionamiento que debería ser antes de terminar el mes y también firmaron el contrato con la empresa de saneamiento Sedapar para el abastecimiento de agua potable.
Respecto al centro de salud de La Curva, el proceso de recepción de la obra aún no ha terminado, mientras que en el caso del establecimiento de Cocachacra debe resolverse temas de servicios como electrificación y agua; pese a ello, el gerente de Salud reiteró que los tres deben comenzar a funcionar antes de que acabe del primer semestre del año.
“Alto Inclán y La Curva serán en los siguientes días y Cocachacra tomará unas semanas más, pero todos funcionarán” dijo Oporto.
“Los demás establecimientos tienen problemas mucho más serios y complejos”, agregó el gerente de Salud sobre el estado en el que se encuentran los hospitales que aún no se terminan de construir en Arequipa, Caravelí, La Unión y Camaná.
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Sobre la situación de Chala, el funcionario refirió que la infraestructura está a nada de ser terminada y aunque cuenta con equipamiento, estos no pueden ser utilizados por la Gerencia Regional de Salud para por ejemplo desplazarse a otros centros de atención y darle utilidad porque la contratista encargada de la obra no terminó de pagar al proveedor.
“Este tema está judicializado porque deben pagar a los proveedores, de lo contrario no vamos a poder usar los equipos y muchos de ellos van a quedar obsoletos. Se mencionó que la deuda es de 4 millones de soles, pero no hemos podido confirmar esa cifra”, dijo.
En el caso de Cotahuasi falta la conexión eléctrica y aunque se terminó con la obra física, la empresa contratista abandonó los trabajos y todo se ha deteriorado por el paso del tiempo y las lluvias que también han afectado el equipamiento. Está en manos del Gobierno Regional establecer qué solución le darán.
Sobre el hospital Maritza Campos, un arbitraje sería el camino que seguiría el Gobierno Regional de Arequipa para llegar a un acuerdo con el Consorcio Hospitalario Sur, que recibió varios millones de soles durante la gestión de Kimmerlee Gutiérrez para terminar la obra, pero no avanzó nada.
Respecto a Camaná, la vía sería la resolución del contrato con el consorcio Salud Camaná II ya debió entregar la obra, pero sólo avanzó el 1.3% desde que se reiniciaron los trabajos