Respirar sin un ventilador mecánico es un verdadero desafío para los enfermos COVID-19 hospitalizados en áreas críticas del Hospital Honorio Delgado Espinosa. Este gran paso en el proceso de recuperación de los pacientes no sería posible sin el apoyo de fisioterapeutas como Susan Carbajal Pumacayo (31).
La licenciada y especialista en terapias cardio respiratorias, quien estudió en la Universidad Villarreal, es una de las pocas profesionales que por medio de terapias realiza el “destete” de pacientes de Hospitalización y Unidad de Cuidados Intensivos, del respirador mecánico. Es decir, ya no requerir de equipos médicos para poder respirar con normalidad. Volver a valerse por si mismo, ya no depende de la edad, condición social o educativos, el virus afecta a todos.
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“El procedimiento que se hace es muy delicado por la condición del paciente. Son técnicas que se usan, trabajamos con presiones y flujos”, indica Carbajal.
Estos procedimientos se realizan a la par con el tratamiento que le dan los médicos para calmar los síntomas que provoca la enfermedad de Wuhan.
La fisioterapeuta también cuenta que es complicado determinar el tiempo en que un paciente pueda recuperarse con el tratamiento, pues cada uno presenta condiciones diferentes.
Algunos de los que trataban eran obesos y otros que tenían daños en los pulmones por el trabajo en minas por ejemplo.
La profesional dice que ver a un paciente recuperarse es un gran triunfo y han tenido muchos casos en los que han podido celebrar. Lamentablemente, la historia no siempre igual. " Habían momentos en que un paciente entraba en sepsis y ya no daba más. Era frustrante, le ponías ganas (se esforzaban) pero al final fallecía (...) a veces no vez pacientes, ves a tú papá, a tu familia, es doloroso”, recuerda.
Militar que vuelve a respirar, tras superar la COVID
Uno de los pacientes que requirió terapias en Hospitalización del nosocomio regional, fue el militar en retiro Idelfonso Charres Vilca (65).
En julio del año pasado, el exsoldado se contagio junto a su esposa y tres hijas. A pesar de no tener enfermedades preexistentes, la enfermedad lo mantuvo en el nosocomio más de 1 mes . Actualmente sigue presentando dificultades para poder respirar, correr o caminar y en oportunidades requiere de un balón de oxígeno.
“Los médicos me habían desahuciado. En mi pabellón vi morir a 6 o 7 personas pero trataba de mantenerme tranquilo (...) las personas que han estado hospitalizados, solo ellos saben lo que es el Covid, es como si taparan la boca y la nariz pero no hay nada, te ahogas y eso desespera”, dice Charres.
Elexmiembro del Ejército Peruano es un hombre fuerte, cuya alimentación es estricta, sin vicio alguno .
“Cuando estuvo en el cuartel nunca me enfermé, es más no tenía ni historia clínica (...)”, recuerda.
El sexagenario cuenta también que pese a las terapias, las cuales le han ayudado mucho, aún presenta secuelas.
“Antes no podía correr, ahora al menos corro 10 minutos. Me sigue faltado el oxígeno”, agrega.
Poco personal con sobrecarga laboral
Aunque la lucha es imparable, los profesionales como Susan, además del agotador y riesgoso trabajo que realizan, deben lidiar con la sobrecarga laboral e inadecuadas condiciones laborales.
El director del Hospital Honorio Delgado Espinoza, Richard Hernández Mayori, reconoció que no hay muchos profesionales especialistas en dar terapias respiratorias pero que hacen lo posible para poder curar a los pacientes.
“El tema de personal para diferentes tratamientos, es muy limitado, no sólo por el recurso económico, sino por la escasez de profesionales. En este momento de la pandemia hemos reforzado ese tema, y hemos contratado a dos profesionales para que den terapias respiratoria sin embargo, el personal de fisioterapia también están brindando este servicio”, respondió el galeno.
En el caso de los enfermos en unidades críticas, pese al esfuerzo del personal, sólo 3 de 10 salen de alta. Los demás, ingresan al registro de decesos.