Decidió terminar la relación con su pareja para dedicarse sola al cuidado de sus hijos cundo el último apenas tenía 8 meses. (Foto: Difusión)
Decidió terminar la relación con su pareja para dedicarse sola al cuidado de sus hijos cundo el último apenas tenía 8 meses. (Foto: Difusión)

Filomena Arhuata Butrón es una madre como tantas que existen en el mundo que tuvo que ser mil oficios para alimentar y educar a sus 5 hijos. Su vida no fue nada fácil, al mirar su pasado, aún recuerda lo oscuro y triste que vivió, pero asegura que hoy siente una gran satisfacción, porque todo su esfuerzo valió la pena. La mujer de 66 años no conoció a su padre, porque este había fallecido cuando tenía meses de nacida. Su madre también falleció cuando apenas tenía 12 años y al llegar a la mayoría de edad, decidió dejar Puno y buscar oportunidades en Arequipa.

Empezó a trabajar como empleada del hogar en el Cercado de Arequipa, donde aprendió a cocinar. Sin embargo, al tener a su primer bebé tuvo que dejar el oficio, porque con un bebé en brazos ya no era útil para los empleadores. Ante la necesidad salió a la chacra, algunas veces iba a pallapar para vender la cebolla, papa u otro producto que recogía de la chacra. Mientras tenía más hijos, más complicado era trabajar, por lo que vendió caramelos en una carretita en el distrito de Paucarpata. Cuando su último hijo tenía 8 meses de nacido, decidió no soportar más y separarse del padre de sus hijos.

LEA TAMBIÉN: Gobierno Regional de Arequipa no puede terminar obras en cuatro hospitales

¿En qué momento decidió salir adelante sola y no contar con el apoyo de su pareja? Cuando no me ayudaba y aparecía borracho. Lo boté, ¿de qué me sirve un hombre así? Ahora no sé si está vivo o muerto, porque no volvió. Uno mismo tiene que decidir y trabajar por sus hijos.

¿Cuál fue el momento más difícil como madre? Cuando mis hijos estaban pequeños. Cuando no me alcanzaba para pagar del alquiler, del agua, la luz. Todos vivíamos en un solo cuarto.

LEA TAMBIÉN: FBC Melgar venció 1-0 a Binacional y trepa al segundo lugar de la tabla

¿Qué siente ahora al observar a sus hijos hechos y derechos? Muy feliz, mis hijos fueron bien criados, ninguno cayó en el mal camino, saben trabajar, son responsables. Creo que cumplí como madre. La vida también fue difícil para ellos, me ayudaron desde pequeños, vendían los caramelos por turnos luego de salir del colegio.

¿Valió la pena todo su esfuerzo? Sí, ahora mis hijos son mayores, los 3 mayores ya se casaron y el último está estudiando en Senati. Él trabaja y estudia para pagar la pensión, yo ayudo cuando hace falta, porque el negocio también está bajo y el alcalde nos quiere botar. Somos ambulantes, porque no tenemos a dónde ir, para nosotros los adultos ya no hay trabajo, ya no tenemos las fuerzas ni para ir a la chacra.

LEA TAMBIÉN: Arequipa: Pocos afluencia de mayores de 50 a vacunatorios por 4ta dosis

¿Ha pensado en dejar de trabajar y quizás quedarse en casa y vivir del apoyo de sus hijos? Toda mi vida he trabajado, no creo que pueda quedarme en la casa. Allá me deprimo más, con el negocio me distraigo.

Debido a la edad, imagino que las energías bajan, pero producto del trabajo, ¿tuvo alguna enfermedad? Ya no tengo las mismas fuerzas, ya me duelen los pies, los huesos, la espalda. Mi cuerpo ya no es el mismo, pero gracias a Dios, todavía puedo seguir trabajando, no tengo una enfermedad grave.

LEA TAMBIÉN: Arequipa: Perjuicio de 118 mil soles por mejoras en complejo de Cerro Viejo

¿El COVID-19 afectó su salud o no se contagió? Estuve 3 meses en mi casa porque el coronavirus me dio fuerte. Estaba yendo al hospital, cuando mi hijo de Lima llamó y me dijo que no vaya. Mis hijos contrataron a una enfermera y ella me atendía en la casa, me daba los medicamentos, las inyecciones, pero no usé oxígeno. Después de los 3 meses, ya estaba en mi negocio, porque no aguanté en la casa.

¿La venta de cereales será su último trabajo? Seguro, ya trabajé de todo, fui empleada, fui a la chacra, lavé ropa, vendí caramelos, verduras, ahora cereales en el mercado Río Seco. El vendedor me deja a crédito de un día para otro, por eso debo vender desde temprano, aunque no puedo madrugar por el frío.