Descubrimiento permite conocer sobre ocupaciones prehispánicas en distrito. Investigación continúa.
Descubrimiento permite conocer sobre ocupaciones prehispánicas en distrito. Investigación continúa.

En la cima del cerro Casha, a una altitud de 4260 msnm, en el distrito de Macate, provincia del Santa, yacen unos restos arqueológicos que, como si paralizados por el tiempo, muestran todavía la opulencia de quienes, en su momento, posiblemente erigieron estas construcciones. La existencia de estas evidencias arqueológicas solo era conocida mediante relatos orales de los abuelos y uno que otro conocedor de la zona.

Una expedición de arqueólogos dirigida por quien suscribe este texto, llegó hasta este apartado paraje macatino con el fin de documentar este importante sitio arqueológico.

UBICACIÓN

El asentamiento corona y bordea la cima del cerro Casha mediante una serie de muros concéntricos que encierran en la parte más alta una serie de rasgos arquitectónicos de variada índole. Al sitio se puede ascender desde Macate caminando entre 4 o 5 horas.

DESCRIPCIÓN

Se contabilizaron cinco muros ascendiendo desde el flanco sureste, siendo el último, ubicado en la parte más alta, el de mayor monumentalidad y conservación. Mientras que los cuatro primeros muestran una técnica constructiva más rústica, el último muestra una mampostería mucho más elaborada, con la disposición de hileras de bloques líticos y el empleo de pachillas. Técnicas que por cierto, recuerdan las formas arquitectónicas de periodos tempranos en la región ancashina. La razón de la estabilidad de las mismas, posiblemente se deba a la buena cimentación que tuvieron estas construcciones, al identificarse en los cortes del relleno constructivo, una preocupación por densificar el núcleo de la edificación con el empleo de piedras, grava y mortero de barro.

Una característica omnipresente en todo el complejo es la forma como los constructores de este sitio adaptaron la geomorfología local para sus intereses. Así, se pudieron observar afloramientos rocosos que sirvieron como base para variadas edificaciones.

Ingresando al área residencial del sitio, se extiende una pequeña altiplanicie donde se encuentran dispersos variados rasgos arquitectónicos. A partir de los indicadores identificados, es posiblemente el lugar donde esta unidad social residió y realizó sus principales actividades.

Recintos, kanchas, pasajes, batanes (maray), cerámica doméstica y otros indicadores nos señalan que estamos ante un lugar eminentemente residencial. La posible presencia de huancas nos advierte, asimismo, que habría algún componente pastoril en el área. El almacenaje sistemático en el sitio se confirma mediante la presencia de los característicos tiestos de pasta gruesa (tinajas).

Otro componente a tomar en cuenta es la visual del sitio. Desde este punto es posible vislumbrar importantes cerro o hirkas tutelares del área, las áreas productivas del valle macatino y, también, otros importantes sitios arqueológicos tardíos del área y documentados anteriormente por el suscrito.

CRONOLOGÍA

Debido al carácter expeditivo de la visita, no es riguroso filiar cronológicamente el sitio a la luz de las pocas evidencias identificadas. Lo más probable es que el sitio pueda presentar sucesivas ocupaciones culturales, aunque me inclino a pensar, a partir de mi conocimiento arqueológico del área, que el asentamiento presente, además de otras ocupaciones, un componente ocupacional del Periodo Intermedio Tardío (1000-1460). Los pueblos en esta época tienden a retirarse a las altas cumbres y fortificarse mediante muros concéntricos, y fabricar, sobre todo, una cerámica rudimentaria para uso básicamente utilitario.

TRANSCEDENCIA

La pionera documentación de este importante sitio abre puertas al conocimiento ancestral de nuestra historia local, cada vez más veces olvidada y omitida por la sociedad actual, pero que esconde grandes enseñanzas a partir del examen sistemático de su forma de vivir y de la alta resiliencia que tenían con respecto a las adversidades de su tiempo.

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