Cusco se caracteriza por los monumentos incaicos que posee y también por la gran cantidad de monumentos religiosos virreinales que existen.
Entre estos últimos destacan las iglesias de mediados del siglo XVII y sus vistosos altares, como el del Templo de San Sebastián, que desapareció consumido por las llamas la madrugada de este viernes.
Este altar repujado en pan de oro guardaba características únicas y primorosas, que lo hacían uno de los más bellos de todo el continente.
Esta verdadera obra de arte de estilo barroco con columnas corintias muy decoradas y con hermosos detalles adosados en toda su fachada era inmensamente apreciada en el mundo del arte, sus hornacinas, escudetes y detalles de conchas lo hacían único y especial dentro de la arquitectura religiosa de Cusco.
Cabe señalar que en este altar descansaban imágenes en yeso de San Juan y San Agustín, además de una pequeña imagen de San Sebastián, la primera que llegó a Cusco en 1560. Después del incendio no quedó ninguna de estas.
Tal vez para regocijo de los creyentes y devotos de San Sebastián, la mayor joya que guardaba este templo en su interior, la escultura del llamado Patro San Sebastián fue retirada justo a tiempo y se 'escapó' de correr con la misma suerte que los otros santos.
El siniestro comenzó a las 13:30 horas y logró ser sofocado recién a las 09:00 horas. Aún se desconocen las causas que lo provocaron.