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En los nacimientos de la ciudad del Cusco, el personaje principal no es el Niño Dios o el Niño Jesús, sino el Niño Manuelito, graciosa representación del hijo de Dios, que está presente en la fiestas de Navidad de generación en generación, inclusive desde la época de la colonia.

Es así que en los festejos de fin de año en esta parte del Perú, es común encontrar a estos Niños Manuelitos en sus diferentes representaciones: sentados, echados, vestidos de 'cholitos' o inclusive llorando con una espina clavada en el pie.

TRADICIÓN DE FE. Es así que Correo entrevistó a Rosa Cecilia Gallegos, artesana perteneciente a la Asociación Santirantikuy de Belén, quien ha dedicado gran parte de su vida a confeccionar estos preciosos niño en el interior de su taller ubicado en el distrito de Santiago.

“Yo simplemente sigo un linaje, una costumbre, mis padres elaboraban estos pequeños niños y yo ahora continúo con su legado, he 'dado a luz' niños para las casas cusqueñas y niños que han viajado a todo el mundo, la gente gusta bastante de esta clase de Niño Dios, ya que es más representativa de la zona”, citó la artesana.    

La característica principal de estos niños son sus ojos vivarachos y saltones, recreados con tintes naturales de la zona y delicadamente pintados, luego los pequeños dientes antiguamente hechos con plumas de cóndor y la cabellera hecha con pelambre natural.

“La figura se hace en pasta de arroz, los ojos de cristal y el paladar de vidrio, son netamente artesanales y no existe uno igual a otro, cada uno sale con características similares pero no idénticas, cada niño representa una obra de arte, hecha con mucho esmero y cariño desde el Cusco para el mundo”, finalizó la artesana.      

DEL MITO A LA LEYENDA. Se desconoce con exactitud cuándo esta representación cobró fuerza en Cusco, destronando inclusive a la clásica figura del Niño Dios impuesta en la colonia, pero se dice que todo comenzó a través de una interpretación local del profeta Isaías, quien citó que el hijo de Dios llegaría a la tierra y se llamaría Emmanuel, nombre que fue tomado para convertirse en Manuel o Manuelito, como cariñosamente lo llaman.

También existe dentro de la tradición oral el cuento del pastor Q'alito, que vivía en una zona alejada de Vilcabamba, el mismo que un día al descubrir el llanto desconsolado de un amiguito, que había pisado un espino y lo tenía clavado en el pié, él se clavó uno también para consolarlo, esta historia llegó a oídos de, maestro Antonio Olave, uno de los imagineros más representativos de Cusco, quien confeccionó el Niño Manuelito de La Espina por primera vez.

DATOS:

-Los Niños Manuelitos por lo general son ataviados con trajes típicos de la región o como bailarines de la Virgen del Carmen.

-50 Soles es el precio base de un Niño Manuelito, a partir de esta cifra el costo puede elevarse hasta miles de soles dependiendo de la confección y la casa donde fue elaborado.