Es evidente que en el tema de infraestructura pública se avizoran grandes cambios con la creación de un Ministerio de Infraestructura. Un antecedente claro son los ministerios de Educación y Salud. Cuando no se acierta en designar ministros expertos en sus rubros, resultan siendo un total fracaso en el componente infraestructura que les compete.
Por ejemplo, el Programa Nacional de Infraestructura Educativa PRONIED y el Programa Nacional de Inversiones en Salud PRONIS han sido un total fracaso, no solo por la lentitud a causa de su burocratización y excesiva normativa, sino por la ineficiencia de sus gerentes que, pueden tener experiencia como trabajadores públicos y formación universitaria en el extranjero, pero carecen de sentido común gerencial como para discernir que la realidad peruana no es la de Estados Unidos o Europa.
Lo que urge son Gerentes Públicos con habilidades blandas, que no están previendo la actual ley de idoneidad, que considera que tener experiencia es igual a tener idoneidad. Esta normativa solo perpetúa a malos gerentes del pasado con voluminosos currículos pero sin criterio para resolver problemas.
La tan conocida y aplaudida Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), ha fracasado por estos mismos pecados de la gestión pública. Lo más repudiable es que según las denuncias, ha existido una lluvia de millonarias consultorías para privilegio de “los amigos” y que no han servido de nada para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Esperemos, pronta investigación y, paralelamente, su pronta liquidación.