Calaveras fueron llevadas por abuelas que les colocan chullos, gorras. Además de frutas, coca, cerveza y monedas. Como todos los años en el distrito de Chongos Bajo, Chupaca, ayer (3 de noviembre) las familias se congregaron en el cementerio, sobretodo las abuelas, llevaron sus cráneos a los que arroparon con chullos, gorras y sombreros de lana.

Les colocaron sus hojas de coca, monedas, frutas y hasta cigarros, como parte de su ofrenda. Todo esto a la espera de la misa que brindaría el sacerdote.

Historias

Ignacio Ordaya, llevó el cráneo de su abuelo a la misa en el cementerio. Hace 18 años, acudió al entierro de su madre y cuando abrieron el nicho cogió el cráneo del padre de ella, Cornelio Ordaya, al que ahora tiene en un lugar especial y lo considera el protector del hogar. Ayer le encomendó a su hija que se fue a trabajar lejos.

Angelo Rebosio, colocó unas 10 calaveras que llevó a bendecir, entre los restos óseos que tiene está su padre y otros familiares. Pero, además hay algunos que se encontró inclusive por el extranjero, como Bolivia. En su casa, levantó una pequeña capilla donde coloca los restos óseos.

“Ellos nos protegen, si uno le tiene fe, te conceden muchos milagros y te ayudan en cualquier circunstancia de la vida”, manifestó. El muchacho le colocó sus cigarros, botellas de cerveza y coca como ofrenda.

Historia plasmada en un libro

El maestro Pompeyo Cerrón Martínez, mencionó que en el libro “Historia y tradiciones de Chongos Bajo”, que escribió junto a 7 chonguinos, se menciona que las calaveras que conservan las familias en el pueblo de Chongos Bajo, son protectoras y los cuidan de ladrones y rateros. Asimismo, se refirió a la costumbre del Tullupampay.

Es la costumbre de limpiar el camposanto, se hallan algunos restos óseos. Y la tradición del volverlos a enterrar y allí aprovechan las personas que tienen las calaveras en casa, que las traen para recibir la bendición en la misa que se celebra, el 3 de noviembre.

Esta tradición data de muchos años atrás. Según algunas versiones recogidas, el cementerio estuvo ubicado al costado de la iglesia y cuando fue trasladado, se dice que quedaron muchas calaveras abandonadas, se estima que en las viviendas conservan unos 90 cráneos.