Los meses de enero, febrero y marzo, cuando se realizan las festividades en honor al Niño Jesús, la Tunantada y los carnavales con los tradicionales concursos de huaylarsh, son una oportunidad para que la gente que vive y trabaja en el valle del Mantaro se reactive económicamente.

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Por ejemplo con la festividad de la Tunantada, Jauja volvió a todo su esplendor, ya que recibió miles de visitantes y los hospedajes estaban repletos, los restaurantes y vivanderas vendieron bien, sin mencionar al transporte público, entre otros.

“Los visitantes aprovecharon que Lima está tan cerca que ni siquiera unas horas de nevada fueron impedimento para que disfruten de la fiesta costumbrista”, señalaron alegres los comerciantes. En los siguientes días será la fiesta en honor al Tayta Niño en Huayucachi.

Una cadena de beneficios

“Cuando hay más ventas, eso genera toda una cadena, empezando de la venta de carne en el puesto, luego el cargador, el taxista, todos nos llevamos algo. Para una fiesta patronal antes se vendía 100 y hasta 300 kilos de carne para preparar la parrillada, el guiso. Ahora no se vende tanto, pero igual estamos a la expectativa”, dijo la fiscal del mercado Modelo, Carmen Marín Limaylla.

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Por su parte, la vendedora de condimentos, Margarita Yupanqui invocó a las personas que propician los paros y las marchas, analicen que todo lo que hagan tiene un impacto directo en la economía del emprendedor que vive de su trabajo diario. Los mercados necesitan que haya tránsito libre para el transporte de la mercadería, ya que todo tiene una hora indicada.

Si bien Huancayo, por ser una zona productora de diversos alimentos, no sufre escasez como en otras regiones, ayer el precio del limón, que no está llegando con normalidad del norte del país, se incrementó hasta 7 soles. “El limón está hasta 7 soles y eso nos afecta, nosotros vendemos el menú marino a 8 a 9 soles y debería costar 10 soles”, refirió Aquilina Oré.