Todos los días, Margarita Alvarez De La Cruz, camina un largo trayecto para llegar a su casa. Ella tiene que abrirse camino, entre las rocas y el polvo, jalando sus baldes con agua para la semana. 

Su humilde y rústica vivienda está en lo alto de un cerro en Chilca, un sitio que su comunidad bautizó con el nombre de “Héroes de Azapampa 2”. 

En el sector Chilca Alta, las familias no tienen agua potable, ni desagüe. Y se abastecen de una pileta en la que forman una larga cola. Solo tienen unos 20 minutos para colectar el líquido elemento que tienen que hacer durar para toda la semana.

“El agua la conseguimos de una pileta de Sedam, tenemos que juntar 8 baldes para 8 días, solo un balde por día apenas para poder cocina”, comentó Margarita que es una migrante de Colcabamba, Huancavelica que llegó a Huancayo, en busca de un mejor porvenir para sus 4 hijos, pero solo encontró más necesidades. En la zona, son pocos los vecinos han logrado hacer sus silos. La mayoría de madres, tiene que acompañar a llevar a sus niños pequeños detrás del cerro para sus necesidades fisiológicas.

HABITANTES. En este cerro viven unas 190 familias, que sufren por la falta de accesos. Tal es así que se han visto obligados a levantar puentes en las quebradas por donde discurre el agua de la lluvia. En la zona no hay un puesto de salud, ni tampoco escuelas y sus hijos tienen que desplazarse hasta la ciudad.

DRAMA. El poblador Marco Molina manifestó que en la zona, no cuentan con alumbrado público y en las noches tienen que subir con linterna para no caer en el acantilado. En la zona solo hay unos palos de madera para jalar energía eléctrica. Por la noche es muy peligroso, por eso conformaron una junta vecinal para defenderse de los rateros.

TAGS RELACIONADOS