Se calcula que al año 2030, la demanda de agua superará la oferta en un 40 por ciento, evidenciando una distribución desigual y una profunda vulnerabilidad, especialmente en ciudades como Huancayo donde el 60 por ciento de la población no tiene acceso a agua segura y al 2050 enfrentará un estrés hídrico severo, por lo que hay que adoptar las previsiones a corto, mediano y largo plazo.
Esta realidad fue dada a conocer en un foro de debate y discusión sobre la problemática del agua en Huancayo, organizado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCR).
El jefe de Estudios Económicos, Francisco Callupe Casaño, reveló que según datos de la Organización de las Naciones Unidas, al año 2024, unas 2,200 millones de personas carecen de acceso a agua potable gestionada de manera segura, y el 80 por ciento de las aguas residuales se vierten sin ningún tratamiento.
Hay menos agua
En el caso de Huancayo, cuya fuente principal es el nevado de Huaytapallana, debido a la relación causa y efecto por el cambio climático que se manifiesta en los extremos del efecto invernadero y calentamiento global, según estudios de 1993 al 2023, la cobertura glaciar se redujo en 42 por ciento; entre el 2016 y 2022, se observó un retroceso glaciar de 11,2 ha en promedio por año; y de 1976 a 2006, se encontró una pérdida de glaciar del 57 por ciento.
En este sentido, la producción anual de agua en Huancayo, entre 2008 y 2024, muestra una tendencia decreciente, pasando del nivel más alto registrado en el 2010 (34,4 miles de m3) a niveles más bajos en el 2023 y 2024 (30,6 miles de m3); mientras entre el 2017 y 2025, la población de Huancayo habría crecido en 1,1 por ciento en promedio anual.
En el 2024, en casi todos los meses disminuyó la producción de agua potable, comparado a años previos, de allí que muchos sectores no tienen agua, motivando la protesta de la población, un panorama que se agravará extremadamente en los próximos años, además de la pésima calidad del líquido vital.
Por muchas razones, Huancayo y la cuenca del río Mantaro enfrentan una crisis multifacética que combina factores naturales, operativos y sociales que tienen que ver con las fuentes de agua en riesgo debido al retroceso glaciar, la degradación de ecosistemas, también por la brecha creciente entre oferta y demanda, pues, mientras la población de Huancayo ha crecido de 66,000 a 95,000 conexiones de agua entre 2012 y 2025 (43% de aumento), la producción de agua potable ha mostrado una tendencia decreciente.





