“Ya no tengo lágrimas, yo pido justicia. Que este crimen no quede impune“, dijo Flor de Rocío Ibarra López, madre de Cesia Karem Martínez Ibarra (26), la joven cuyo cuerpo descuartizado y quemado, fue hallado el domingo en su casa del centro poblado San Ramón de Pangoa en Satipo.

La tarde de ayer, el ya confeso asesino, Juan Virgilio Garay Arca (35), custodiado por policías y personal del Ministerio Público, regresó a la casa. Lo acompañaba su abogado, para realizar las diligencias en torno a la investigación del feminicidio. Decenas de pobladores llegaron con carteles sumándose al pedido de justicia.

Fue la madre de Karem, quien al descubrir evidencias de violencia, además de ropa y un colchón quemados en la casa, alertó a las autoridades. La Policía llegó hasta el lugar, una parte del terreno que parecía recientemente removido llamó su atención y no se equivocaron. Allí, enterrados, estaban los restos de la joven metidos en costales negros.

La tarde de ayer, gran cantidad de pobladores protestaron frente a la vivienda exigiendo cadena perpetua para Juan Garay.

Este hombre junto a su abogado volvió al lugar de los hechos como parte de las diligencias. Se supo que confesó detalles del crimen. Los peritos confirmaron que los restos presentaban signos de incineración avanzada. El caso ha sido tipificado como feminicidio agravado, debido a la violencia extrema ejercida contra la víctima y el intento de esconder las pruebas.

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