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Con el dinero que lograron retirar producto de su proceder delictivo, se dieron la gran vida en Huancayo durante dos días. Al regresar a su lugar de origen creyeron que nadie los descubriría, pero se equivocaron.
El 26 de diciembre, Alfaro Chávez Suárez, denunció ante la policía la desaparición de su hermano Luis, de 74 años, que vivía de los préstamos de dinero que hacía, en Huachocolpa, Huancavelica.
De inmediato, un grupo de policías al mando del capitán José Palomino Díaz, jefe de la comisaría sectorial del Frente Policial del VRAEM, descubrió el cadáver del prestamista enterrado en el corral de su propia casa en el centro poblado Santa María.
Un menor de edad involucrado
Los agentes, atando cabos, dieron con la identidad de los autores del crimen y, con ayuda de las brigadas de autodefensa, detuvieron a un menor de edad y a Álvaro Chávez Carrasco (20), sobrino de la víctima, quienes confesaron el delito.
De las investigaciones se desprende que ambos sometieron al anciano, torturándolo para que diera la clave de sus cuentas. Luego lo degollaron y enterraron sus restos en una fosa de la casa.
En poder de los sujetos se encontró 500 soles en efectivo, quetes de cocaína y municiones de armas de fuego.
También se conoció que los asesinos lograron obtener la clave de las cuentas de Luis Chávez, de donde al parecer sustrajeron 6 mil soles que lo gastaron en Huancayo.
