Creyeron que su viaje sería uno más sin novedad, pero se equivocaron, los más de 300 km que se separan a Pangoa de Huancayo, se convirtieron en una pesadilla para Jhon Cárdenas y su pareja, que tuvieron que soportar la picadura de diminutos insectos que estaban en el interior del bus de la empresa “Huaribamba”, adonde subieron la noche del 9 de abril último.
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La picadura de estos insectos dejó a la pareja con sarpullidos y ronchas en los brazos. “Eran tantos que tuvimos que capturar algunos y aplastarlos contra nuestras zapatillas”, dijo el enfadado viajero.
Cárdenas Parado expresó su malestar en el cuaderno de reclamaciones de la empresa y le tomó una fotografía a dicha evidencia, la misma que compartió con este medio.
También tomó testimonios gráficos del brazo de su pareja, que aparece enronchado después de las inesperadas picaduras.
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Para sustentar su queja, le sacó unas instantáneas de los parásitos autores de los pinchazos. “Parecen ser pulgas de color amarillento”, dijo el quejoso, quien abordó los asientos 17 y 18 del vehículo, sin pensar que esos espacios serían las incubadoras de los huéspedes dañinos.
Dijo también que no solo ellos fueron los afectados, también otros viajeros que no pudieron quejarse como él.