Los restos de Widaliz Jhailene Romero Ambicho, madre asesinada a golpes por su pareja fueron enterrados en Cayumba, distrito Mariano Dámaso Beraún, en Huánuco. Familiares y vecinos de Ambicho exigen a las autoridades hacer justicia e imponer la pena máxima al confeso feminicida Fabricio Villavicencio Bravo, detenido en Lima.
La víctima nació en Villa Rica (Pasco) hace 22 años, pero vivió en Cayumba por muchos años, por lo que sus familiares decidieron enterrarla allí.
Portando pancartas en las que se leía “Ni una más”, “que no quede impune su muerte”, “castigo máximo para el asesino” y una gigantografía con el retrato de Jhailene; niños, adolescentes y adultos salieron a protestar por el execrable crimen de Romero Ambicho, quien estaba embarazada.
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En declaraciones a los medios de comunicación, Julia Ambicho Mercedes relató que su hija ya no quería vivir con Fabricio Villavicencio Bravo, por lo que desde Cayumba se fue a Lima para obtener los documentos que necesitaba para viajar a Chile.
Hechos. Como se recuerda, Jhailene Romero fue asesinada a golpes en la cabeza y cuyo cuerpo fue abandonado dentro de una bolsa de rafia, en una calle de Villa El Salvador. Romero fue identificada en la morgue de Lima por la Policía Nacional a través del Sistema Automático de Identificación Dactilar (AFIS).
Como es público, el hallazgo del cadáver, que conmocionó a los vecinos del referido distrito, ocurrió la mañana del lunes, detrás de unas rejas de seguridad instaladas en la avenida Agroindustrial, en el sector 6, grupo 9, en la urbanización Magisterial.
La víctima estaba semidesnuda. Llevaba puesto un brasier y un pantalón jean. Tenía los brazos y el tórax envuelto con cinta adhesiva transparente. Presentaba hematomas en diferentes partes del cuerpo, y tenía el rostro hinchado. Posteriormente, se conoció que la causa de su deceso fue por traumatismo craneano, es decir, la golpearon en la cabeza, precisó la fuente policial.
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El mismo día, policías de la Dirección de Investigación Criminal detuvieron a Fabricio Stefano Villavicencio Bravo quien presentaba lesiones que la víctima le habría causado en su intento de defenderse. Al verse descubierto, Fabricio confesó haberla matado por celos.
“Se debe profundizar las investigaciones y aplicar cadena perpetua a los autores”, pidió Claver Romero Sánchez, padre de la víctima que cree que Fabricio habría tenido cómplices.