Las calles del distrito de se han convertido en escenario de violencia criminal. La noche del jueves Mauro Cotito, trabajador de seguridad, fue por inmediaciones de la plazuela de la Urbanización Popular de Interés Social - UPIS San Andrés. Su cuerpo quedó tendido en el suelo, mientras su asesino escapaba sin ningún remordimiento a bordo de una motocicleta.

Hechos

Cotito, conocido por el trabajo de seguridad que desempeñó en algunas empresas de Chincha, caminaba por la zona antes indicada. Se presume que iba de visita a la casa de un familiar cuando es interceptado por el criminal. Los vecinos escucharon los disparos que provenían de la calle. Cuando las balas cesaron el ruido del tubo de escape de una motocicleta anunciaba la fuga del asesino. El sujeto fue visto escapar junto a su compinche, quien se encargo de la movilidad. La víctima, en el suelo, exhalaba el último aliento y cuando la ayuda llegó ya era demasiado tarde. El fiscal de turno ordenó el levantamiento del cadáver. Habían dos impactos de bala -a primera impresión- uno en la cabeza y el otro en el abdomen. Sus pertenencias estaban con él, informó una fuente oficial.

Asesinato

Este es el segundo asesinato de la semana en este distrito. La madrugada del martes en el A. H. Micaela Bastidas, murió Pablo Hierro de 27 años, víctima de disparos. El occiso iba de camino a la casa de su madre, cuando aparece el criminal. Este hecho de sangre se mantiene bajo investigación y todavía no hay culpable tras las rejas. Tampoco se ha esclarecido el móvil.Y como si eso no fuese suficiente al día siguiente, en el velorio de Hierro, se produjo un atentado, que dejó como saldo cuatro personas heridas. El atacante llegó en un mototaxi, y desde la parte posterior comenzó a disparar sin piedad, aproximadamente, 20 balazos. Los asistentes buscaron refugio, pero no todos salieron ilesos. Tres mujeres y un hombre fueron llevados al hospital por presentar heridas causadas por arma de fuego.

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