Dos personas murieron en Pisco a manos del sicariato

Después que las muertes habían descendido a cero durante el mes de setiembre y parte de octubre en la provincia de Pisco, los sicarios volvieron con su insanía para acabar con la vida de dos ciudadanos a punta de fuego y plomo.

Esta vez sus víctimas fueron un adolescente y un joven quienes perdieron la vida la noche del martes 26 de octubre en circunstancias no muy claras, uno a las espaldas del camposanto de Mapfre y el otro en un camino carrozable en Casalla Chico del distrito de Túpac Amaru Inca.

Crímenes

El primero en perder la vida fue un menor de 16 años de edad, quien fue encontrado a las ocho de la noche en posesión boca arriba, con orificio de bala a la altura de la cabeza y en medio de un charco de sangre al costado de la vegetación que se ubica frente al centro poblado de Pachinga.

Mas tarde, siendo las 9.30 de la noche, una llamada telefónica a la base del serenazgo del distrito tupacamarino, alertó sobre la existencia de un cuerpo tendido en posición de cubito lateral en medio de un camino y con tres impactos de bala en el cuerpo, siendo identificado como Ernesto Vladimir Flores Peña (26). Según las características y modalidad empleada, se podría tratar de hechos selectivos de homicidio calificado con arma de fuego, cometidos por personas dedicadas al sicariato quienes los habrían ejecutado por encargo o posibles ajustes de cuentas.