Los pequeños agricultores de uva en el distrito de Santiago (Ica), continúan afectados por el bajo precio que ofrecen los productores vitivinícolas, que apenas pasa el sol peruano, pese a que deben gastar miles de soles en la campaña agrícola que comprende el riego, poda, cosecha, fertilizantes y otros.
Afectación en su ganancia
En el caserío Santa Vicenta, se ubican los campos agrícolas de Javier Oré Palomino de 44 años. Él ha dedicado todo un año en cuidar, regar y fertilizar sus 6 hectáreas de parra de uva, sin embargo, señala que nuevamente se ofrece al pequeño agricultor como máximo S/1.20 por kilo de uva quebranta para la elaboración del pisco, ya que existe una competencia desleal por parte de las empresas agroexportadoras, quienes venden uva de descarte a 0.20 céntimos por kilogramo, y los productores vitivinícolas apuestan por ello, pese a que el fruto es de menor calidad.
“Desde hace muchos años atrás se ha ido perdiendo la pequeña agricultura en el valle de Ica, tengo solo 6 hectáreas de uva quebranta, la criolla, invertí miles de soles en poda y el agua, porque se riega cuatro veces al año y te cobran 200 soles por hectárea, en años anteriores nos ofrecían hasta 0.50 céntimos por kilo, ahora S/1.20, pero igual no llega ni a los 2 soles, es un monopolio de las grandes bodegas que han puesto ese precio y apuestan por comprarles a las agroexportadoras que ofrecen a 0.10 y 0.20 céntimos, pero esa uva es de descarte”, dice.
Comentó que decenas de pequeños agricultores también se ven perjudicados ante la falta de apoyo por parte del gobierno de abastecerlos con la urea, ellos deben comprar el fertilizante a un precio de 200 soles por saco de 50 kg, y solo para una hectárea se necesitan 20 sacos, por lo que es excesivamente costoso. Debido a ello en el caso del agricultor Javier Oré, ha decidido reemplazar el fertilizante por las heces de sus ganados, aves y otros animales, siendo este un abono natural para sus campos de cultivo y se puedan nutrir sus campos de vid.
“En gobiernos anteriores y el último no nos han apoyado con ningún fertilizante hacía el pequeño agricultor que realmente trabaja la chacra artesanalmente. La urea cuesta 200 soles y es muy caro, por eso juntamos el guano y lo hacemos orgánico”, dijo.
Muestran su indignación
Comentó que la indignación del pequeño agricultor también se hizo sentir cuando el Gobierno Regional de Ica, solo los apoyó con un bono de 50 soles por hectárea por la pandemia de la COVID-19, mientras que las grandes empresas eran beneficiadas con millones de soles por parte de Reactiva Perú.
Ante la falta de apoyo económico, ellos acuden a cajas municipales y bancos privados a solicitar créditos, pero les cobran tasas de interés altos, y en muchos casos no obtienen la ganancia proyectada, debido al bajo precio que se ofrece por sus cultivos. En el peor de los escenarios el banco les embarga sus terrenos y son subastados a empresas agrícolas.
Oré Palomino finalizó exigiendo a las autoridades se mejoré la conectividad en la zona, ya que vive más de 40 años en el caserío Santa Vicenta y solo existe un camino de trocha, que dificulta el traslado de productos del campo al mercado, por lo que es de suma importancia se realicé la pavimentación en el lugar.
“Tengo más de 40 años viviendo aquí y todo sigue igual, no hay obras y para sacar los productos es difícil. Solo hay trochas y no hay camino asfaltado, no hay desarrollo de la zona porque nos tienen en el olvido, la población ha crecido y las autoridades no miran a las chacras y no nos visitan para conocer nuestra realidad”, finalizó.