Eran inevitables las tertulias pre y post partido, y uno de los lugares preferidos por los aficionados para llevarlas a cabo, era el puesto del señor Modesto Gutiérrez, conocido por la mayoría como el tío Cañita.
Eran inevitables las tertulias pre y post partido, y uno de los lugares preferidos por los aficionados para llevarlas a cabo, era el puesto del señor Modesto Gutiérrez, conocido por la mayoría como el tío Cañita.

El hincha trujillano extraña ir al estadio para ver jugar al equipo de sus amores. La experiencia de asistir al Mansiche no se limitaba únicamente al espectáculo dentro del recinto, sino que, se trataba de encontrarse con amigos o saludar a ex futbolistas con quienes nos podíamos ver en los alrededores del templo del fútbol trujillano.

Eran inevitables las tertulias pre y post partido, y uno de los lugares preferidos por los aficionados para llevarlas a cabo, era el puesto del señor Modesto Gutiérrez, conocido por la mayoría como el tío Cañita. Quién no se ha tomado un jugo de naranja, piña o caña, servido con amabilidad por este caballero, que siempre estaba dispuesto a satisfacer nuestro deseo de tomar un poquito más.

Podríamos destacar muchas virtudes de este señor, como la amabilidad, el sentido del humor, la paciencia, la perseverancia, la humildad, etc. Es que el tío cañita, en estas épocas de comida chatarra, nos ofrecía la posibilidad de consumir algo natural, siendo coherente con el público al que se dirigía: gente ligada al deporte.

Hincha confeso del equipo más popular de Trujillo -el Carlos A. Mannucci-, este señor se ha sabido ganar el cariño y respeto de todos los que por algún motivo deben pasar tiempo en los alrededores del Estadio Mansiche. ¿Cómo lo logró? Simple: demostrando respeto y brindando un trato cordial. Evidenciaba ser alguien empático, lo cual le permitía generar lazos de amistad sincera con los demás.

Luego de una larga espera, el tío cañita, decidió volver a su actividad laboral, que, al mismo tiempo, es una manera de ser feliz para él. Es que este ciudadano trujillano y simpatizante mannuccista había convertido su “oficina” en un lugar de parada obligatoria para muchos aficionados, en especial los tricolores. Su regreso parece ser una de las primeras señales de que pronto volveremos al Mansiche. Una vez más, su presencia es generadora de buenas sensaciones.

Estas líneas describen a un ciudadano que -como muchos peruanos- lucha día a día por salir adelante y darle lo mejor a su familia. El tío Cañita es de esos personajes que le hacen bien al deporte y a la sociedad. Y ya saben, si van por el Estadio Mansiche de Trujillo, visiten su “oficina” y disfruten de un buen momento.

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