Condenados a vivir en la sombra, tras las rejas y en algunos casos hacinados, así pasan sus días cada uno de los internos del establecimiento penitenciario El Milagro de . Tras los muros del penal son cientas las historias que se cuentan en torno a cada uno de los reos.

JUNTOS. Asesinos, sicarios, asaltantes, ricos y pobres, católicos, protestantes y agnósticos tienen que cumplir una condena.

Aprovechando la visita del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Enrique Mendoza, al penal El Milagro para verificar el funcionamiento de los bloqueadores de celulares, pudimos conocer el funcionamiento de los talleres productivos.

LABORES. Son en total 13 talleres productivos en los cuales destacan carpintería, hidroponía, cerámica y calzado en donde participan cerca de 381 internos.

Al ingresar al penal pasamos por todos los controles respectivos de parte de los agentes del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), desde la identificación hasta la revisión de los equipos.

Culminada la verificación del funcionamiento del sistema de bloqueo de llamadas, las autoridades penitenciarias recorrieron algunos talleres productivos.

HISTORIAS. Los internos, cada uno desempeñando su trabajo, se mostraron amables y accesibles a nuestras preguntas.

Sin embargo, había que ser cautelosos al momento de llegar a las preguntas sobre las razones por las cuales se encuentran encerrados.

En el taller de carpintería nos encontramos con Nicolás Cruzado, quien lleva 10 años de los 20 de condena que tiene que cumplir. Él nos cuenta que el material que se utiliza en el taller es comprado por los familiares de cada uno de los internos.

“Lo compran los familiares, al pedido de cada interno. Ellos traen la madera los días martes, porque es el único día que se permite el ingreso”, dijo.

Asimismo, son los mismos familiares de los internos quienes realizan la venta de los productos fabricados como sillas, bancos, sillones, adornos y más. Algunos trabajos son a pedido.

SIN VISITAS. Cruzado nos cuenta que solo ve a su familia una vez al año, debido a que ellos se encuentran en la ciudad de Arequipa y es muy costoso trasladarse hasta nuestra ciudad.

Otro de los talleres visitados fue el de calzado. Ahí los internos están repartidos en grupos desde los diseñadores, perfiladores, cortadores y armadores.

El proceso de venta del calzado es con el dueño de la empresa que ha instalado su taller en el penal, esto a través de un convenio con el Inpe.

“Cada trabajador solventa los gastos de la familia que está en la calle. De aquí mandamos, de lo que ganamos, para nuestros hijos”, dijo Alberto Villanueva Olivares, quien se encarga del control de los trabajadores y de la agenda de pendientes.

El pago se realiza a través de él y se hace cada semana. Villanueva se encuentra recluido en el penal 14 meses.

GASTOS. En el taller de cerámica encontramos desde jarrones, vajillas y adornos. Uno de los trabajadores, quien prefirió guardar su identidad, nos cuenta que con el dinero ganado pueden costear sus gastos fuera del penal como dentro.

“Lo que buscamos es reinsertarnos en la sociedad, tengamos culpa o no. Eso pasa a un segundo plano. El dinero nos permite mantener a nuestra familia y poder subsistir aquí dentro”, dijo.

Jornada. Cabe indicar que cada interno tiene que cumplir con los horarios de trabajo en los talleres. Estos son de lunes a viernes de 9:30 de la mañana a 5:00 de la tarde y los sábados trabajan de 9:30 de la mañana a 1:00 de la tarde.

Cabe indicar que cada persona que ingresa al penal tiene la posibilidad de poder ingresar a los 13 talleres y de esa forma poder tener un oficio que le permita, al cumplir su condena, un ingreso económico.

Los talleres son elegidos de acuerdo a la afinidad o el conocimiento que el interno tenga sobre el trabajo.

ESTUDIOS. Sin embargo, dentro del mismo penal existe el Centro de Educación Ocupacional (CEO) “Virgen de la Puerta”, donde el interno es capacitado durante un año.

Asimismo, tiene la posibilidad de culminar sus estudios de primaria y secundaria.

Nuestro recorrido termina en el taller de elaboración de canastas.

Ahí encontramos a Juan, un preso que purga condena por robo agravado. Él entrega las canastas que elabora a su familias para venderlas y generarse algún ingreso adicional, con el que más adelante puedan pagar la reparación civil.

CONSTRUCCIÓN. El titular de Justicia indicó que se construirán 10 pabellones en el penal El Milagro y de esa forma se buscará reducir el hacinamiento. Cabe indicar que en el 2017 se han trasladado 220 internos, de 22 organizaciones criminales, a otros centros penitenciarios . El 60 por ciento de la población en el penal El Milagro tienen entre 18 a 40 años de edad.

A nivel nacional, entre 24 a 27 mil internos forman parte de los talleres productivos que buscan reinsertarlos en la sociedad una vez culninada sus condenas.

Dejamos el penal El Milagro con la convicción y reflexión de cuán importante y preciada es la libertad del ser humanos, y sobre todo cuán importante es saber como gobernar nuestras vidas y acciones.

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