Durante el inicio de la crisis sanitaria, las ollas comunes se convirtieron en los puntos de atención seguros para las familias más vulnerables, sin embargo, conforme se incrementaban las restricciones, también se evidenciaban las carencias en la mayoría de los comedores populares de la región y cientos se vieron obligados a cerrar ante el nulo apoyo por parte del Estado.
Mirella Zegarra, quien lidera el grupo solidario “Manos Unidas”, enfatizó en que el Gobierno tendría que definir una ruta de trabajo para garantizar el funcionamiento de las ollas comunes en las zonas más vulnerables de La Libertad.
“La entrega de bonos que realiza el Gobierno Central ayuda a las familias, sin embargo, esta ayuda no dura para siempre, puedo decir que es una medida a corto plazo que debería de rediseñarse. Las ollas comunes necesitan ser identificadas por las autoridades del Gobierno y activarlas totalmente para garantizar una cadena de atención durante los 365 días del año, ahí en don se tiene que trabajar”, aseguró.
Zegarra enfatizó en que el Bono entregado por el Estado no llega a todas las familias de escasos recursos. Asimismo, indicó que con el grupo solidario al que representa, han atendido el pedido de diferentes asociaciones que coordinan todos los días por mantener activas las ollas comunes en diferentes sectores de la región. En ese sentido, expresó que los gobiernos locales y regionales, también deberían atender este urgente pedido.
“El objetivo de ‘Manos Unidas’ es evidente, y vamos a continuar en ese mismo camino, no obstante, vale decir que sí se requiere que los alcaldes o el gobernador regional sigan de cerca el esfuerzo que realizan varios clubes de madre por atender a niños, adultos mayores y grupos familiares que viven de lo que puedan conseguir en el día. El apoyo tiene que ser constante”, agregó.