La capital liberteña encabeza el cuadro comparativo de asesinatos de la Policía Nacional del Perú. Según autoridades y especialistas, el hampa viene ganando terreno por un deficiente trabajo policial y la falta de un trabajo mancomunado.
La capital liberteña encabeza el cuadro comparativo de asesinatos de la Policía Nacional del Perú. Según autoridades y especialistas, el hampa viene ganando terreno por un deficiente trabajo policial y la falta de un trabajo mancomunado.

Trujillo es la provincia de que más asesinatos registra en lo que va de este año. Según el Cuadro Comparativo de Homicidios de la III Macro Región Policial - Periodo 2022, al que este Diario tuvo acceso, en la capital liberteña se han cometido 46 (61.33%) de los 75 crímenes que reporta la región entre enero y marzo [ver mapa].

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Peligro

Trujillo es una de las cinco provincias que el Consejo de Ministros declararía en emergencia por la inseguridad ciudadana que la azota. Las otras son Virú, Ascope, Pacasmayo y Chepén, todas ubicadas en la franja costera de la región. Hasta el cierre de esta edición, el Ejecutivo no publicaba la medida anunciada la noche del miércoles por el mismo alcalde provincial, José Ruiz Vega.

Para el exfiscal y periodista Alfredo Galindo Peralta, una de las razones para que Trujillo –cuya población es la más grande de la región con más de un millón de habitantes– encabece el cuadro comparativo de homicidios es la presencia de las más avezadas organizaciones criminales que operan en la región. Estas, añadió, se dedican a extorsionar no solo a grandes empresarios, sino también a pequeños y medianos comerciantes. “Recordemos, también, que Trujillo concentra la mayor actividad económica de la región. Esto, sin duda, atrae a delincuentes”, señaló.

El también decano del Colegio de Periodistas del Perú - Filial La Libertad responsabilizó de esta situación a la Policía, “que ha perdido el principio de autoridad y cuya labor es deficiente”.

“Estamos siendo testigos, además, de homicidios que se cometen a pocas cuadras del Centro Histórico de Trujillo, algo que años atrás no ocurría con tanta frecuencia. Lamentablemente, el criminal de hoy no es el de antes. Es un tipo avezado al que no le interesa dónde delinque”, enfatizó Galindo.

El sicariato es otro delito que con frecuencia se comete en Trujillo. La pugna por uno o más territorios entre los más grandes grupos criminales ha generado una guerra entre ellos y que sus integrantes se maten. “En La Libertad, la Policía no cuenta con equipos especializados ni de alta tecnología para hacerle frente a la delincuencia. Tampoco hay un trabajo conjunto entre las autoridades”, manifestó el coronel PNP (r) Roger Torres Mendoza, exjefe de la Tercera Región Policial La Libertad.

Para el alto oficial, declarar en emergencia Trujillo y otras provincias sería solo un “antojo” del presidente Pedro Castillo. “No ha funcionado en otras oportunidades, pues nunca llegan acompañadas de acciones concretas”, cuestionó.


Inseguridad

Después de Trujillo se ubica Otuzco en el cuadro comparativo de homicidios en La Libertad. La provincia andina suma siete asesinatos (9.33%), pero pese a esta cifra no sería declDADAarada en emergencia, según las mismas autoridades locales y departamentales.

El consejero por Otuzco, Gonzalo Rodríguez Espejo, aseveró que la inseguridad ciudadana es uno de los problemas que más afecta a su provincia. “Me sorprende que Otuzco no esté en esta lista, pues el pedido era para toda la región”, lamentó.

La autoridad regional contó que organizaciones criminales que operan en Trujillo se han desplazado a Otuzco para brindar “protección” a mineros ilegales e informales. A esto se suma la presencia de narcotraficantes en zonas altas como Huaranchal, distrito que limita con la provincia de Gran Chimú, otro sector donde el accionar policial es prácticamente nulo.

“Hay grupos con armas no comunes, sino de largo alcance [...] y la Policía tiene muchas limitaciones para ingresar a esas zonas. Hace un mes la Policía prometió que iba a ingresar un contingente de cien agentes para peinar la zona, pero hasta ahora no ha pasado nada”, afirmó Rodríguez.

golpeadas. Ascope, Virú, Pacasmayo y Chepén son las otras cuatro provincias de la franja costera que serían declaradas en emergencia. De estas, según el mismo cuadro policial, la última es la que suma más asesinatos en lo que va del año: seis [ver mapa].

En Ascope, sin embargo, la situación es quizás igual o más preocupante. En esta provincia, también operan organizaciones delincuenciales dedicadas a la extorsión y al sicariato. Muchas de ellas, incluso, captan a menores de edad para entrenarlos y convertirlos en peligrosos criminales.

“La inseguridad campea en Ascope y nunca el gobernador [Manuel Llepén] nos ha apoyado para enfrentarla. Espero que con esta declaratoria, la Policía llegue y agarre a los delincuentes por los cuernos. Tenemos también un déficit de agentes. En Casa Grande, donde hace pocos días una niña de 12 años fue asesinada por sicarios, tenemos solo 16 policías para una población de más de 30 mil habitantes. Es terrible”, refirió el alcalde provincial de Ascope, John Vargas Campos.

En Virú, el crimen también le ha ganado terreno a la Policía. La consejera por dicha provincia, Mirtha Higa Urquiaga, indicó que con 134 policías para una población de 120 mil personas, “poco o nada” se puede hacer para frenar a la delincuencia. “En Virú tenemos a grandes empresas agroexportadoras y generamos riquezas para el Estado, pero somos un pueblo olvidado y donde la seguridad ciudadana no existe”, comentó.