Imagen
Imagen

Cuando dormía plácidamente, un niño de tres años y medio falleció quemado al producirse un incendio en su humilde casa en el asentamiento humano Dos de enero, en San Juan de Lurigancho.

Según los peritos de Criminalística y el Ministerio Público, el cuerpo del niño, de iniciales L. F. C. L., se quemó en su totalidad.

EL HECHO. La noche del jueves, Luis Linares (22) y Karen Aguilar (19), padres de la víctima, dejaron durmiendo al pequeño en su habitación, que también funcionaba como taller de costurería.

Antes de salir al baño, Luis olvidó apagar una vela encendida, introducida dentro de una botella de vidrio, cuya caída habría ocasionado el siniestro, según las primeras investigaciones.

FUEGO. Después de algunos minutos, cuando el fuego abrasaba el hogar de madera, esteras y calaminas, los progenitores, junto a otros familiares y vecinos, lanzaron cubetas de agua y arena para acabar con el fuego. No lo consiguieron. El fuego se llevó gran parte de sus instrumentos de trabajo, un dinero ahorrado y lo más importante, la vida de su primer hijo.

“Toqué su manito: estaba dura. Era como si solo le estuviera tocando sus huesitos”, dijo Aguilar, quien tiene tres meses de embarazo.

TRUJILLANOS. La joven pareja tenía un mes de convivencia en Lima. Después de más de tres años de relación, decidieron dejar Trujillo, su tierra natal, para conseguir mejores oportunidades salariales. Además, afirmaron los padres, querían que su primer hijo tuviera una mejor educación y no conviviera con la delincuencia rampante de “El Porvenir”, distrito donde vivían en ese entonces.

Para Jorge Campos la vida en su casa ya no volverá ser la misma sin la presencia del “Gordito”, como le decía a su sobrino.

“Siempre paraba conmigo cuando sus padres salían a trabajar. Andábamos juntos y nos la pasábamos jugando cuando yo ya no tenía cosas qué hacer”, contó.

Según Campos, el infante pasaba sus tardes tras el balón. El fútbol era una de las pasiones que empezaban a aflorar en su personalidad.

TAGS RELACIONADOS