Para el expresidente del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), Orlando Velásquez, la crisis en el sistema judicial no se solucionará con “redadas” e “intervenciones espectaculares” en las cortes de justicia de cada región, sino con un cambio de cultura y conducta.
Indica que planteó una alternativa para elevar la calidad de los jueces en el país, pero que no se pudo concretar porque tuvo que renunciar al CNM.
Actualmente, espera volver a su labor de catedrático en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), aunque para ello tenga que acudir al fuero judicial.
Cuando usted llegó la presidencia del CNM planteó un reforma en el sistema judicial, pero esta no se concretó y terminó renunciando en medio de estela de corrupción ocasionada por el tema de los audios. ¿Qué es lo que planteaba?
Sí, efectivamente, uno de los problemas que señalamos cuando asumimos la presidencia era trabajar en la reforma de la justicia que planteamos, como una serie de propuestas y pilares, entre ellas, la escuela judicial. Esta es la única posibilidad de tener jueces escolarizados, jueces que salgan de una institución y no como es en estos momentos que salen a buscar en el mercado de trabajo. Hemos considerado varias propuestas que se quedaron truncas, porque lamentablemente estalló la crisis que ya todos conocemos.
¿Cómo afrontó esa crisis?
Nosotros supimos actuar. A los consejeros que están comprometidos les iniciamos un proceso de vacancia. Al juez César Hinostroza le iniciamos un proceso de destitución y terminamos suspendiéndolo. El problema de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe), que ya la han olvidado, a pesar que fue un escándalo nacional. Nosotros iniciamos ese proceso, pero solo nos alcanzó para suspender y no para destituir al jefe.
Precisamente en el tema de los audios, algunas voces señalan que es difícil de creer que el CNM no se diera cuenta de lo que estaba pasando.
Mire, nuestra relación como consejeros es vernos cada una o dos semanas cuando nos reunimos. Cada uno trabaja en su comisión, un organismo donde lo jurisdiccional es a partir del proceso de evaluación. Nuestra propuesta fue una lucha frontal contra la corrupción. Tuvimos el coraje de destituir al fiscal Ramos Heredia y hemos destituido a muchos jueces de diferentes partes del país. Los intereses y presión son tremendos.
¿Ahora qué es lo que piensa cuando escucha estos audios en los que están involucrados varios magistrados en actos de presunta corrupción?
Yo soy antropólogo y conozco las reacciones culturales y sociales de la población. Es un problema con el cual convive la sociedad, así que tiren la primera piedra o escupan para arriba aquellos que creen que no coloquian, que no recomiendan, que no intervienen. Lo que pasa es que hoy día a esos patrones culturales (los) están criminalizando. La pregunta es ¿qué hemos hecho para atender ese problema cultural?
¿Qué plantea usted?
Lo que estamos planteando, en principio, es un cambio cultural de conducta en todos los niveles, donde el antropólogo y científico social tiene que ver. En segundo nivel proponemos la escuela judicial como sucede en Barcelona, donde el juez sale de un centro escolarizado al igual que el modelo de la carrera diplomática. Usted joven termina su carrera y se somete a todo un proceso de evaluación y llega a ese lugar a formarse.
¿Usted considera que hay jueces que no están preparados para ejercer el cargo?
No pues, cuando lanzamos un concurso quiénes vienen. Abogados que están litigando, otro abogado por ahí y por allá. Se pude decir, gente que está buscando el trabajo. ¡Dios mío!, son fiscales y jueces que decidirán nuestro futuro.
Y ahora, además, se ha evidenciado una serie de arreglos y pago de favores para obtener el puesto.
Sí pues, y encima vienen con ciertos compromisos. Necesitamos ese apóstol que salga de la escuela judicial y yo los señalé con mucha contundencia.
Se ha dispuesto enviar a jueces supremos a diferentes regiones para investigar algunos casos de corrupción. ¿Qué opina sobre eso?
Yo creo que toda intención o proceso que se haga es importante, pero no convirtamos esto en algo distractivo. No va por ahí la cosa, la cosa es enfrentar desde la raíz en el campo de cultura, de conducta. Los paliativos ya vienen de tiempo atrás, la redada, las acciones espectaculares, es una repetición de la historia y no va por ahí la cosa.
Salió del CNM y tendría que haber vuelto a la UNT; pero eso no se ha concretado. ¿Por qué?
Mire, qué dice el reglamento, el docente puede pedir licencia, cuando es menos de tres meses lo resuelve el departamento con la gerencia de Recursos Humanos; cuando es más de tres meses lo aprueba el Consejo Universitario, pero también dice concluida la licencia el docente comunica su incorporación y nada más.
¿Por qué no ha ocurrido esto es su caso?
Preguntémosle al rector (Orlando Gonzales Nieves). A mí me da mucha pena e invoco al señor rector a que no mezcle sus odios o temores que lleven a una complicación la vida universitaria.
¿Qué acciones tomará para lograr su reincorporación?
Plantearé un recurso de amparo y también una querella por abuso de autoridad.