La furia de la naturaleza ha evidenciado el grave daño que puede causar a las viviendas de las familias que habitan en la zona costera de Buenos Aires, Las Delicias y Huanchaco.

La finalidad es no esperar que se registren víctimas humanas para recién actuar y por eso se está trabajando para pedir al Gobierno Central la declaratoria de emergencia.

Por eso, al menos 50 brigadistas convocados por la subgerencia regional de Defensa Civil llegaron ayer hasta la zona costera en Bueno Aires.

De esta manera, los trabajadores de la región, a través de una ficha, comenzaron el levantamiento de información que sustente el por qué se tiene que declarar en emergencia todo este sector.

AVANZAN. César Flores, subgerente de Defensa Civil de la región , precisó que el trabajo de llenar las fichas para la declaratoria de emergencia por peligro inminente, ya se ha hecho en Huanchaco, Las Delicias, pero que aún falta terminar en Buenos Aires.

“Todo lo que podamos hacer nosotros solo son paliativos; lo que se necesita es que se declare en emergencia todo este sector”, dijo el funcionario.

MIEDO. Cabe recordar que la madrugada del domingo, un fuerte oleaje asustó a los vecinos de Buenos Aires y Huanchaco.

En esta oportunidad, el agua llegó hasta sus casas, incluso arrasó con varias fachadas.

Los habitantes del lugar han tenido que comprar sus sacos y su arena para poder hacer una rudimentaria defensa ante la furia del mar.

Según información oficial, el fuerte oleaje se mantendrá por estos días.

CARPAS. Los damnificados que dejó el oleaje registrado a mediados de mayo, aún viven en carpas y exigen mayor apoyo por parte de las autoridades.

“Muchos hemos perdido nuestras cosas y tenemos que vivir de esta manera”, dijo Ana Sánchez.

A pesar de que Defensa Civil ha declarado como inhabitables varias de las casas de la zona costera de Buenos Aires, varios de los vecinos se niegan a aceptar la posibilidad de ser reubicados.

“Acá tenemos todo, agua, luz, nuestras cosas y no nos vamos a ir a otro lugar para empezar desde cero”, comentó uno de los moradores que evitó identificarse.

Hasta la fecha solo se han colocado rocas en la orilla del mar como defensa, pero ha quedado demostrado que cuando se registran fuertes oleajes, este supuesto bloqueo no detiene a la furia del mar.

En la zona de Huanchaco, se ha visto afectado el turismo, pues cada vez son menos las personas que van a la playa. El comercio y el negocio hotelero también han reducido sus servicios.

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