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Tres testigos presentados por la Fiscalía en el juicio oral contra el coronel PNP (r) Elidio Espinoza Quispe y otros nueve policías por el caso “Escuadrón de la Muerte”, se ratificaron en sostener que los acusados secuestraron y asesinaron a personas supuestamente inocentes.
La primera persona en ofrecer testimonio de lo ocurrido en octubre del 2007 fue Angelita Ávila Rodríguez, madre de Carlos Mariños Ávila, una de las víctimas.
La testigo señaló que su hijo fue confundido como un delincuente y fue secuestrado por los policías, quienes -afirma- lo asesinaron cruelmente.
Ella expuso ante los integrantes del Primer Juzgado Penal Colegiado que su vástago salió de su casa a cerrar su taller de zapatos y luego a comprar medicina, circunstancias en la que fue interceptado por la Policía en Trujillo.
“La Policía dice que mi hijo era delincuente, pero no ha podido mostrar ningún documento que confirme eso. Mi hijo no tenía antecedentes policiales, trabajaba en nuestro taller de calzado y era futbolista”, afirmó la madre.
NO CONOCÍA A NADIE. El segundo testigo presentado por el Ministerio Público fue Miguel Mariños Trinidad, padre de Carlos Mariños Ávila.
El progenitor recordó que acudió hasta la morgue para reconocer el cuerpo de su hijo. “Allí estaban los cuatro fallecidos y solo reconocí a mi hijo, a los otros tres no los conocía, no eran amigos de Carlos. Eran desconocidos”, agregó el padre.
Con esto último la Fiscalía quiere demostrar que las víctimas no se conocían, ni formaban parte de una banda, como sostiene la defensa de los acusados.
CONFUNDIDO. La última testigo que declaró fue Albina Esquivel Mendoza, hermana de Carlos Esquivel Mendoza, otra de las supuestas víctimas del “Escuadrón de la Muerte”.
Albina sostuvo que su hermano era un joven deportista que trabajaba en un taller de calzado y que era padre de tres menores.
La testigo contó que la Policía buscaba a su sobrino Luis Espinoza Esquivel “Borrego”, pero se confundieron de persona y se llevaron a su hermano y lo mataron. La Fiscalía ha pedido para los acusados la cadena perpetua.
