Esta es la cuadra 7 de la Avenida Federico Villarreal en Trujillo. Dos personas fueron asesinadas en este lugar.
Esta es la cuadra 7 de la Avenida Federico Villarreal en Trujillo. Dos personas fueron asesinadas en este lugar.

Las urbanizaciones Santa Teresa de Ávila y Los Naranjos, en el distrito de Trujillo, están en la mira de las organizaciones criminales. Ambas colindan con la avenida Federico Villarreal, escenario de dos crímenes perpetrados en menos de un mes en esa zona. Sin embargo, eso no es todo, pues más de un negocio es obligado a pagar por encima de los S/ 50 mil.

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Ataques

Es por eso que los pobladores exigen que las autoridades políticas y de la Policía Nacional del Perú (PNP) declaren como “zona roja” estas dos urbanizaciones.

“En el local Don Segundo dispararon contra tres personas, una de ellas falleció. Esto ocurrió en plena celebración por el Día del Padre; pero dos semanas antes, frente al mismo local, acabaron con la vida de otro hombre. Si alguna autoridad se dignara en venir una noche a nuestro territorio vecinal, se daría cuenta de todo lo que venimos pasando. Hay detonaciones casi todos los días y eso que estamos muy cerca del cuartel”, contó Diego Castro, vecino de Santa Teresa de Ávila.

Efectivamente, el 31 de mayo en la avenida Villarreal fue asesinado Yener Edilberto Vargas Rabanal. Luego, el 16 de junio, un sicario acabó con la vida de Piero Edwin Vásquez Reyes. En ambos casos, la Policía informó que se trataría de un presunto ajuste de cuentas. “Se registraron esas dos muertes y la noticia quedó ahí, no se intensificó el patrullaje por parte de la Policía y eso nos afecta a todos los vecinos”, mencionó el alcalde del territorio vecinal Mampuesto, Gerardo Reyes.

Extorsiones

Las intimidaciones también son pan de cada día. Una familia que vive en la calle Marcabalito recibió una carta extorsiva en donde le exigen S/ 100 mil para no atentar contra sus integrantes.

“Son terroristas urbanos, estoy de acuerdo con esa definición para estos delincuentes que siempre llegan en moto y detonan bombas en las puertas de las casas. Siempre pedimos apoyo, pero no vemos resultados, estoy seguro de que por eso los criminales siempre se aprovechan”, comentó otro vecino.

Los pobladores consideran que si ambas urbanizaciones son declaradas como “zonas rojas”, quizá la Policía y el Ejército podrían intervenir con acciones más contundentes.


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