El Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó el primer caso de la variante Delta del virus Sars-CoV-2 en Lambayeque. El gobierno regional tiene un plan aprobado ante la posible tercera ola, pero gremios de salud advierten que todavía no se aplica este documento para prevenir el peor escenario de la pandemia.
Falta de plantas de oxígeno de mayor capacidad, una débil infraestructura en los hospitales de cada provincia y poca logística de respuesta en los centros de salud son algunas de las deficiencias que siguen desatendidas.
DIAGNÓSTICO
De acuerdo al informe enviado por el INS, el primer caso de la variante Delta corresponde a un hombre de 30 años que vive en el distrito de Pimentel.
La muestra de este paciente fue tomada el pasado 18 de agosto en el puesto de salud del referido distrito, y el diagnóstico fue confirmado el último sábado 22 de agosto.
Correo pudo conocer -con documentos oficiales de la Gerencia Regional de Salud (Geresa)- que sus síntomas se iniciaron tres semanas antes, de acuerdo a lo que contó el propio paciente al personal de dicho establecimiento de salud.
Los signos de alarma fueron tos, fiebre, escalofrío, malestar general y dolor muscular. La Geresa informó que el paciente pasó a un período de aislamiento domiciliario por 18 días. En el historial clínico, se menciona que antes de llegar a Lambayeque, el paciente se desplazó por Cusco.
Actualmente, según precisó Geresa, su estado de salud es estable y muestra una recuperación favorable.
La entidad también explicó que una brigada de salud acudió a su domicilio para tomar las muestras a sus contactos directos y descartar si también resultaron infectados con la variante Delta.
Fuentes consultadas por este medio explicaron que son dos los contactos que han sido evaluados por el personal de salud, entre ellos, su pareja.
Correo buscó conversar con la jefa de Epidemiología de Geresa, Dafne Moreno, para conocer si se activó el cerco epidemiológico pero no obtuvimos respuesta. Desde la entidad, nos informaron que la funcionaria recién retomaría sus actividades hoy tras haber estado de vacaciones.
Pese a este silencio, representantes de gremios del sector salud señalaron los aspectos que hasta la fecha no han sido atendidos por las autoridades regionales.
Para Paul Larrea Alvarado, presidente de la Federación Médica, se avizora un escenario de mayor vulnerabilidad para la región.
Considerando que Lambayeque fue uno de los departamentos con mayor índice de letalidad en la primera y segunda ola, el especialista reitera que debe ser considerada como una región de riesgo.
“El no ser catalogada como tal ha ocasionado que Lambayeque no sea incluida en los vacunatones, que no tenga suficiente suministro de vacunas”, explicó.
Hasta el momento, la Geresa ha descartado avanzar con la vacunación de otros grupos de edad como los mayores de 30 años hasta que no se cierre la brecha de adultos vacunados -con dos dosis- en personas de 40 años a más.
Larrea Alvarado cuestionó esta decisión y advirtió que no existe una adecuada planificación para asegurar la segunda dosis de las personas ya vacunadas en la última semana.
Debido el margen de días que existen entre la confirmación del caso de la variante Delta y los primeros síntomas que reportó el paciente, el galeno estima que esta variante está circulando “desde hace 2 o 3 semanas” en la región.
Si es casi dos veces más transmisible que la cepa original del virus ¿cuánto se ha mejorado en el sistema de salud para enfrentar la llegada de la variante Delta? En Lambayeque, existen 11 plantas de oxígeno, pero solo cinco de ellas fueron adquiridas por el Estado y están ubicadas en hospitales del Minsa y la Sanidad así como en el Centro de Atención Temporal del distrito de La Victoria.
Entre estos costosos equipos, solo la planta del Hospital Regional tiene la mayor capacidad de producción de oxígeno medicinal (160 metros cúbicos por hora).
Mientras que las otras cinco producen entre 13 y 24 metros cúbicos de oxígeno por hora. Esta diferencia, tal como remarca Larrea Alvarado, complica la capacidad de abastecimiento para recargar los balones de oxígeno que tienen los centros y puestos de salud.
Los más grave es que algunos de estos establecimientos no tienen ambulancias para trasladar los balones recargados.
Aunque la Geresa también dotó a los establecimientos del primer nivel de concentradores de oxígeno, Correo pudo conocer que el personal no fue capacitado sobre el funcionamiento de estos equipos.
En cuanto a los hospitales, las provincias de Ferreñafe y Lambayeque están en mayor desventaja que Chiclayo. Los hospitales Referencial y Belén tienen una infraestructura debilitada y pocos recursos para atender a los casos moderados y graves de Covid19.
Pese al pedido que han hecho los trabajadores y los gremios de salud, los pacientes solo pueden ser referidos al Hospital Regional. En el contexto de una tercera ola, este último nosocomio volvería a saturarse.
La oferta de camas UCI tampoco es suficiente en la Red Asistencial de Essalud, según advierte Manuel Soria Alvarado, decano regional del Colegio Médico.
Los únicos que tienen Unidad de Cuidados Intensivos son los hospitales Almanzor Aguinaga Asenjo y Luis Heysen Incháustegui, lo que genera que las atenciones de casos Covid graves se concentren en Chiclayo.
Soria Alvarado exhortó a las autoridades de la región y a funcionarios de Geresa a agilizar la compra de plantas de oxígeno e implementar más camas UCI.
En los centros de salud, agregó, se requiere contar por lo menos con camillas, dispensadores de oxígeno y balones para brindar oxigeno terapia a los pacientes leves de Covid19. Además, las ambulancias deben estar operativas para referir los casos más complejos.