Módulos de vivienda aún no llegan a la mayoría de familias que lo necesitan
Módulos de vivienda aún no llegan a la mayoría de familias que lo necesitan

Después de seis meses de haberse registrado el fenómeno de El Niño Costero, el panorama en algunas zonas de la región aún es devastadora, pues varias viviendas continúan destruidas totalmente y la ayuda del Estado todavía no se hace presente.

Esta vez Correo llegó hasta el centro poblado Cruz del Médano, del distrito lambayecano de Mórrope, que cuenta con ocho anexos y una población de 6,000 habitantes.

Según el reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), tras El Niño Costero, unas 600 viviendas fueron afectadas y 180 quedaron destruidas totalmente al no soportar la humedad del agua de la lluvia y por el desborde de los ríos.

GESTIÓN. El alcalde de Cruz del Medano, José Santamaría Baldera, dio a conocer que con la Municipalidad Distrital de Mórrope se gestionó ante el Ministerio de Vivienda para que los damnificados obtengan un módulo.

El burgomaestre dijo que los representantes de dicho ministerio, a través del Organismo de Formalización de la Propiedad Informal - Cofopri, llegaron hasta la zona y realizaron el respectivo empadronamiento y convalidación de datos del informe que presentaron; sin embargo, en una primera remeza solo han atendido a 65 damnificados de las 180 familias que necesitan ayuda.

José Santamaría indicó que volvió a solicitar apoyo para las familias damnificadas, pero hasta la fecha no ha tenido una respuesta favorable.

“Es preocupante porque las autoridades del Gobierno Central llegaron con la ilusión de dar un módulo a los damnificados y no han cumplido en su totalidad. El trabajo de empadronamiento lo hizo personal de Cofopri y en un inicio ha habido mala interpretación de algunos ciudadanos que aducían que vivían en tal lugar, pero no era verdad, porque vivían en otro lado y sí tienen casas en buen estado”, aseguró.

Sostuvo que la comuna que dirige ha detectado que son unas 10 personas que se han aprovechado del desastre natural para obtener beneficio con un módulo, afectando de esa manera a las personas de bajos recursos económicos que en realidad lo necesitan.

“El Ministerio de Vivienda es el que tiene la facultad de resolver el tema porque son ellos los responsables, la municipalidad solo es la parte gestora para que los pobladores reciban un apoyo del Estado”, expresó.

CASOS. Correo entrevistó a algunos damnificados que hasta el momento no ven la ayuda ofrecida por el Estado. Por ejemplo, en el anexo Las Delicias, se verificó que la madre de familia de dos pequeños hijos, María Santos Sandoval Santísteban (20), perdió su humilde casa que había sido construida a base de adobe. Ella actualmente vive en una choza, pues su pareja la ha levantado con carrizos y plástico, poniendo en riesgo la salud de sus bebés.

En igual situación está su hermana, Rosa Amalia Sandoval de 25 años de edad, quien también perdió su vivienda con la precipitación pluvial que cayó en toda la región.

Junto a su esposo han logrado levantar dos piezas con carrizo y barro, en el predio que solo quedó terreno.

“Ahorita hace calor, pero cuando corre bastante viento nos da miedo que se nos caiga mi casita encima de mi familia. Por aquí no han llegado a inscribirnos para poder tener un módulo de vivienda, a pesar que nosotros necesitamos urgentemente”, dijo.

Del mismo modo, Correo llegó al sector Quemazón San Pedrito, donde nos entrevistamos con Olinda Baldera Bances (33), una madre de 7 hijos que también espera apoyo, debido que hasta ahora no puede construir su casa que se derrumbó.

Julia Baldera Ballena (44) es otra de las damnificadas que sufrió el derrumbe de su casa y perdió todas sus cosas y por ello espera que la ayuden.

“Llegaron unos jóvenes y nos dijeron que luego vendrían y nada. Que solo les han dado módulo a los que han salido en la primera remeza. Ahorita vivo en la casa de mi hijito porque no tengo dinero para construir de nuevo”, indicó.

Por la misma situación pasa Clara Suclupe Santisteban, ya que donde era su casa actualmente está una pampa.

Lo mismo sucede con Juan Chapoñán Acosta y Betty Huamánchumo del anexo Las Delicias. “Las dos casas se cayeron en las primeras noches que llovió fuerte. Hasta ahora no llega el módulo, dijeron que nos van a considerar pero no sé cuando será. Hemos construido de caña un ambiente para vivir con mis tres hijos”, añadió Juan Chapoñán.