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Tras permanecer oculto en la clandestinidad por más de tres meses, el exvicepresidente de la Entidad Prestadora de Servicio de Saneamiento de Lambayeque (Epsel), Juan Miguel Valdivia Goycochea, decidió entregarse a la justicia voluntariamente.

Al promediar las 19 horas, el hombre de confianza del exalcalde de Chiclayo, Roberto Torres Gonzales, se puso a disposición del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria que emitió la orden de detención preliminar en su contra el pasado 30 de setiembre del 2014.

DECLARACIÓN. Luego Valdivia Goycochea, a quien se le imputa ser un</span>o de los integrantes de la organización criminal “Los Limpios de la Corrupción”, fue trasladado a la sede del Ministerio Público para ser sometido a un interrogatorio, el cual se prolongó hasta altas horas de la noche. 

Al igual que Beto Torres (a) “El Jefe” y otros 28 imputados a Valdivia Goycochea se le imputa los delitos de asociación ilícita para delinquir y lavado de activos.

Durante la investigación a cargo de los fiscal Sergio Zapata Orozco y Juan Carrasco Millones, al exvicepresidente de Epsel, se le detectó varias propiedades y viajes al extranjero que no guardaban relación con sus ingresos de funcionario público.

Increíblemente se descubrió que Valdivia Goycochea, natural del distrito de Pátapo, era dueño de bienes que sobrepasaban el millón de soles: un automóvil Hyundai Elantra, un vehículo Honda Civic, dos terrenos y un departamento en la urbanización El Jockey Club y decenas de joyas de oro.

Junto a su esposa Laura Magaly Ramírez Mimbela, “han viajado entre los años 2008 al 2014 hacia los países de Argentina, Ecuador y Colombia en 13 oportunidades, no descartándose la probabilidad que desde esos países hayan enrumbado hacia otros destinos”, consta en la carpeta fiscal N° 2447 - 2014.

Además la Fiscalía cuenta con la declaración del exregidor Marco Arrascue Pasapera, quien aseguró que “El Jefe” se refería a Juan Valdivia como un “choro” porque “se llevaba su platita”.

Según el exconcejal, Beto Torres creía que Valdivia, Percy Quesquén y Juan Villanueva cogían dinero porque usaban camisas de 300 soles.