El anciano Cosme Villegas Peña (78), quien confesó haber asesinado a la venezolana Lismar Hernández en Canta, realizó la construcción del crimen ante los agentes de la División de Homicidios.
Según su versión, el adulto mayor contó que fue de conductor en un vehículo hasta su pueblo de San cosme y acudió al cementerio donde puso flores a sus padres.
Posteriormente acudió con la joven a la gruta del Señor de Huamantanga a colocar flores y condujeron hasta la quebrada La Huarimaya. En esa parada fueron a un riachuelo para llenar una botella de agua pues el anciano le dijo a su víctima que el carro se había recalentado. Luego la asesinó de un balazo.
Recordemos que ante el interrogatorio de la Policía, Villegas Peña terminó por admitir el crimen. Los agentes encontraron a Villegas Peña un arma cuyos casquillos son analizados para determinar si fue usado en el homicidio. En el reportaje se señala que el sujeto perpetró el asesinato porque ella presuntamente le habría robado dinero y que lo trababa mal.
El caso
José Gregorio Farías, tío de la extranjera, denunció que su sobrina desapareció después de supuestamente salir del departamento de un edificio de San Borja, donde trabajaba hace cinco meses cuidando a Villegas Peña.
Además, indicó que la última vez que vio a su familiar fue cuando la embarcó en un tren de la Línea 1 del Metro de Lima, tras encontrarse con ella y unos amigos en un centro comercial de San Juan de Miraflores.