Yenny Ledesma denuncia que quedó con quemaduras en el rostro y mano luego que intentó evitar el decomiso de su carrito de empanadas en el distrito de Surquillo.
Según explicó la agraviada, la sereno Jackeline Cabrera le exigió que se retirara de la vía pública, pero no le permitió apagar el fuego ni cerrar el balón de gas, por lo que tuvo que empujar su carrito en esas condiciones.
“Una funcionaria del serenazgo de Surquillo de manera violenta se me acercó en cumplimiento de sus funciones, dice ella. Y yo entiendo que tiene que retirar a los trabajadores informales, pero la forma en la que lo hizo fue muy violenta. Me dijo que me fuera, que me retirara y no me permitió apagar la estufa y con la estufa prendida me hizo mover mi carro. Los vecinos se lanzaron en mi apoyo, yo no me percaté, la válvula quedó botando gas y ella llamó a personal de fiscalización”, detalló a Latina la denunciante.
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“Al llegar los fiscalizadores, que sí actuaron de manera pertinente, yo sencillamente me retiré del carrito, no puse ninguna oposición pues ya sabía que me iban a quitar el carrito y la mercadería”, añadió.
Sin embargo, sostiene que cuando se acercó a su carrito y prendió fuego una fuerte llamarada quemó su rostro y mano, por lo que tuvo que ser auxiliada. Ella señala que la Municipalidad de Surquillo no se ha pronunciado al respecto.
“Quiero dejar claro que no estoy solicitando ayuda, ni dinero. Yo lo que hago es un llamado a que todo funcionario público actué diligentemente, con respeto, tanto para peruanos como para extranjeros. Yo soy extranjera y quiero respeto, pero esa señora insistía de manera violenta”, aseveró.
Hubo xenofobia
En otro momento, Ledesma reveló que la sereno Cabrera le dijo que no permitiría que trabaje en la zona pues “no quería extranjeros ahí”.
“Yo le suplicaba, le dije muchas veces que por favor me dejara trabajar, que tengo una hija de 14 años con diabetes, con anemia. Le expliqué que tengo una madre de 72 años con un problema de rodillas. Pero ella me dijo que no, que no quería que me quedara ahí. Le dije: ‘pero si hay otros trabajadores que no están formalizados, y me dijo que no, que no quería extranjeros ahí'”, reveló.
“Yo le dije que estaba tramitando el permiso. Me dijo que ni con permiso me iba a dejar quedar ahí porque allí mandaba ella”, añadió.