El hallazgo por parte de la del narcosubmarino, la tarde del sábado a más de 170 millas del mar de Talara, no hace más que corroborar el intenso tráfico de estupefacientes que generan los narcotraficantes en esa parte del Mar de Grau.

Si bien para el Perú es la primera vez que se intercepta y captura a una nave de este tipo y a sus tripulantes, esta modalidad de transporte y envío de droga la vienen empleando desde hace casi dos décadas los narcotraficantes, principalmente los de los cárteles colombianos.

De acuerdo al precio internacional, de confirmarse que se trata de cocaína, la droga en el mercado de Estados Unidos superaría los 50 millones de dólares, teniendo en cuenta que allá el kilogramo cuesta 25,000 dólares, según estimó el general Eswin Manay, aunque en Europa el precio podría incluso duplicarse.

A ESTADOS UNIDOS

Según informó el director general de la Policía, José Luis Lavalle Santa Cruz, el narcosubmarino y la droga provendrían de Colombia, y la intervención fue posible gracias a coordinaciones con la DEA (Administración para el Control de Drogas) de los Estados Unidos.

En dicha operación de la Marina también se intervino una embarcación pesquera tripulada por 10 ciudadanos ecuatorianos, los mismos que no contaban con permiso para transitar por las 200 millas del Mar de Grau.

Se presume que la droga y el narcosubmarino provendrían del país caribeño, debido a que hace poco más de dos semanas, otra nave de este tipo de propiedad de narcotraficantes colombianos fue interceptado y capturado por la Policía Española en Galicia.

En dicha intervención, las autoridades españolas descubrieron que el narcosubmarino estaba cargado con más de 3 toneladas de cocaína.

De acuerdo a las investigaciones de la Policía Nacional e internacional, estas naves tienen como punto de origen para abastecerse de la droga, distintos puntos de la costa de Perú, Ecuador y Colombia, y tienen como destino los países de América Central y Estados Unidos.

Como ya informáramos anteriormente, las caletas y zonas del litoral peruano no vigiladas por las autoridades costeras, son utilizadas por los narcotraficantes para almacenar y luego trasladar la droga hacia altamar, para desde allí, embarcarlas hacia otras naves, entre ellas estos narcosubmarinos, los cuales se encargan de completar el envío a su destino final.

EN COLOMBIA

Según informó el portal Infobae, en Colombia el uso de este tipo de naves submarinas no es nuevo. Comenzó a ser implementado a finales de la década del 90, como una forma de transportar grandes cantidades de droga por las costa del pacífico, hacia Centroamérica y los Estados Unidos.

Agrega que la regularidad de su uso responde a lo complejo que es detectarlos, ya que cuando están sumergidos se camuflan con facilidad ante las luces infrarrojas de las guardias costeras. Además, estas naves son piloteadas por medio de GPS (Sistema de Posicionamiento Global), lo que les permite mantener el rumbo.

Para poder llegar a su destino final, esta red de narcosubmarinos son abastecidos de combustible y víveres por otras embarcaciones en altamar.

El tamaño de estas naves suele alcanzar los 20 metros, como el encontrado en Galicia, y su potencia ronda los 350 caballos de fuerza. Pueden alcanzar hasta los 23 kilómetros por hora y cargar hasta 10 toneladas. Su casco suele ser de fibra de vidrio, pero se han reportado casos, como el de un submarino de 32 metros descubierto en el 2000 por la policía colombiana, del uso de cascos metálicos que les permiten sumergirse hasta 100 metros sin dificultad.

Según informó Insigth Crime, portal de investigación y análisis de crimen organizado, y que además hace seguimiento y monitoreo a la actividad de los grupos armados colombianos, en el 2019 las autoridades colombianas han capturado 19 de estos semisumergibles, todos en las costas del pacífico.

Cabe señalar que en el Perú los sistemas de detección de droga en los principales puertos es deficiente. Solo el puerto del Callao cuenta con estos equipos. Otros, como el de Paita, el segundo del país, adolecen de este sistema.

Tampoco se cuenta con un adecuado sistema de patrullaje de las costas marinas, por la falta de equipos y embarcaciones.

Además de ser una zona de tránsito hacia el norte y sur del país, en Piura los narcos han instalado una serie de centros de acopio en donde “preñan” o camuflan desde automóviles, camionetas, hasta contenedores, para luego enviarlos al extranjero por vía marítima o terrestre.

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