Los obispos del Perú, entre ellos el arzobispo de Piura José Antonio Eguren Anselmi, piden un consenso y una salida urgente y no llevarlo a niveles incontrolables de violencia
Los obispos del Perú, entre ellos el arzobispo de Piura José Antonio Eguren Anselmi, piden un consenso y una salida urgente y no llevarlo a niveles incontrolables de violencia

Los obispos del Perú señalaron que, en el país hay una profunda crisis social y política, que se manifiesta en una lucha interna entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, que estaría dañando gravemente la democracia y generando mayor división y conflicto, lo que conduce a un grave enfrentamiento entre peruanos y puede llevar a niveles incontrolables de violencia.

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“El consenso social pide dar paso a una transición política que busque urgentemente una salida a la profunda crisis actual, priorizando la necesaria reforma política pendiente para recuperar la credibilidad, la confianza y la esperanza”, manifestaron en un pronunciamiento.

Asimismo, indicaron que es vergonzoso y decepcionante que el Perú sea uno de los cuatro países que registran el mayor índice de percepción de corrupción en América Latina, según el informe del Latinobarómetro en 2021.

“Esta crisis moral y ética engloba de manera directa a los actos de corrupción en las altas esferas de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como en otras instancias del Estado y sectores de la sociedad civil. Sin duda “la corrupción es un cáncer que lo infecta todo” (Papa Francisco, en el Perú, 2018), e impacta en el alto índice de la pobreza que en el año 2022 alcanza al 27.5% de la población peruana”, señalaron a través de un comunicado.

Tal situación afecta a los millones de peruanos ya sea en la educación, falta de empleo, informalidad y alimentación, “ya que la falta de recursos genera verdaderas situaciones críticas en varias regiones del país; muchos expertos prevén la amenaza de una hambruna”, precisaron.

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En tanto, los obispos indicaron que están a tiempo para trabajar juntos como sociedad peruana y enrumbar hacia un proyecto de país con un auténtico compromiso para el desarrollo humano integral de todos los peruanos.

“Para lograrlo es necesario defender la institucionalidad democrática y que los gobernantes respeten a los gobernados como verdaderos ciudadanos, dándoles cuenta de su gestión. La ciudadanía no merece ver los espectáculos de enfrentamiento en y entre los poderes públicos, especialmente del Ejecutivo y Legislativo, pues la confrontación permanente profundiza su deslegitimación y la ciudadanía ya no se siente representada por ellos. Por el contrario, deben enfocarse en el cumplimiento de la ley y dar testimonio de ello; deben facilitar las investigaciones en curso sobre la corrupción que llevan a cabo el Ministerio Público y el Poder judicial”, insistieron.