Piura: La Unidad de Salvataje de la PNP carece de logística

Son las siete de la mañana y los miembros de la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional del Perú, que han sido designados a la playa Máncora, en la región Piura, se alistan para iniciar una nueva rutina en el mar.

El equipo de salvavidas conformado por diez agentes realiza estiramientos y trotes antes de sumergirse en el océano. Aunque parece ser una mañana tranquila, ellos saben que la aparente calma que reina en el mar podría cambiar en cualquier momento. “Al mar se le respeta porque su transición entre la calma y la violencia es difícil de prevenir. Podría ser letal, dice uno de los suboficiales.

HACINADO. Solo esta playa recibe alrededor de 10 mil visitantes los fines de semana. Llegan alborotados con los primeros rayos de sol e invaden la costa. La arena desaparece bajo las sombrillas y se escapa el rugido de las olas ante el júbilo de los bañistas. Unos se bañan en el mar y muchos otros se emborrachan. Solo quieren “pasarla bacán”, sin importar cómo.

Entre esa multitud se encuentra ese grupo pequeño de personas que no se divierte. De ninguna manera.

“Somos 100 policías de Salvataje los que estamos a cargo de las nueve playas de Piura, pero en Máncora solo trabajan diez. Nuestra misión es velar por la seguridad de la gente y rescatarlos del mar. No tenemos la logística adecuada, pero hacemos nuestro mayor esfuerzo”, explica el jefe de la unidad, comandante PNP, Iván Alberca.

Y es que en su quehacer diario los salvavidas corren de un lado a otro tratando de imponer el orden. Eso incluye las situaciones que no les compete resolver. Incluso cuando carecen de una adecuada logísticas que les permita luchar contra el mar furioso.

El año pasado, el gobierno central se comprometió a enviar a la región cuatro cuatrimotos para patrullar la costa piurana; sin embargo, hasta el momento, dicho ofrecimiento no ha sido cumplido.

Es más, cuando se produce una emergencia y los agentes necesitan rescatar a una persona que se está ahogando, lo hacen utilizando su mejor arma: sus brazos. Pero esta tradicional técnica podría costarle la vida a esa persona si el salvavidas demora más de la cuenta en el trayecto.

De acuerdo a Alberca, la Unidad de Salvataje de Piura no cuenta con ninguna cuatrimoto ni moto acuática propia para realizar patrullaje en el mar o en la tierra.

A pesar de ello, desde el 23 de diciembre, unos 90 agentes han sido distribuidos a las playas de Chulliyachi y San Pedro, en Sechura; a Cangrejos, Yacila y Colán, en Paita; y a Vichayito, Cabo Blanco, Punta Veleros y Máncora, en Talara. Ellos vigilarán dichos balnearios hasta después de Semana Santa. En tanto, unos 8 salvavidas han sido designados a tres piscinas locales.

Por ello, el agente policial ha pedido apoyo a los gobiernos locales con equipos de salvavidas.

“Pedimos que nos apoyen con la implementación de equipos de salvataje. Que limiten la venta de alcohol en los bares que abundan a los alrededores de las playas. Que la gente sea más responsable con sus hijos y con ellos mismos”, pidió Alberca.

Por ello, la municipalidad de Máncora decidió repotenciar desde hace algunos meses la Unidad de Serenazgo del distrito con algunos equipos salvavidas como una cuatrimoto, un zodiac y una moto acuática, además de la capacitación de su personal. De igual manera, la municipalidad de Sechura y Cabo Blanco designaron una moto acuática, respectivamente, a la Unidad de Salvataje de su zona.

El alcalde de Sechura, Armando Arévalo, dijo que la moto acuática forma parte del apoyo institucional que brindará la entidad a la PNP durante la temporada de verano.

“Existe trabajo coordinado con la Policía para evitar que nuestros veraneantes tengan percances en las playas sechuranas. Esperamos incrementar aún los equipos de salvataje para las próximas temporadas de verano”, indicó.

RESCATES. De acuerdo al reporte de la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional del Perú, entre 21 de diciembre de 2016 y el 8 de enero de este año, se ha rescatado a 188 bañistas en todo el litoral piurano. Además se registró dos muertes por ahogamiento; uno en la playa de Vichayito (Talara), y otro en el balneario de San Pedro (Sechura).

En la mayoría de los casos se detectó que los rescatados habían ingerido bastante licor antes de meterse al mar. “Los accidentes ocurren por irresponsabilidad de los propios bañistas. Ellos tienen que colaborar con nuestro trabajo y respetar las indicaciones de nuestros miembros. También deben evitar ingresar a la playa con bebidas alcohólicas”, indicó uno de los salvavidas.