La presidenta de la República, Dina Ercilia Boluarte Zegarra, llegó a Piura con el objetivo de coordinar acciones que fortalezcan la lucha contra la criminalidad en una región que enfrenta serios problemas de inseguridad. Su visita se produce en medio de un clima de tensión y rechazo por parte de la población. La mandataria entregará 120 camionetas a las diversas comisarías.
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A inicios del mes de setiembre, la mandataria inauguró una institución educativa que ya estaba funcionando y un centro de salud en Sullana, donde su comitiva fue despedida con piedras y palos, lo que refleja el descontento de la población ante la creciente ola de criminalidad que azota a la región.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por presentar una imagen de normalidad, los hechos contradicen esta narrativa. En la última semana, se reportaron asesinatos atribuidos a bandas criminales que operan en la zona, lo que ha dejado a los vecinos conmocionados e indignados.
El gobierno ha enfatizado que la lucha contra la delincuencia organizada requiere unidad y compromiso de todos los sectores. Sin embargo, muchos ciudadanos exigen respuestas más contundentes y efectivas ante la inseguridad que sienten en su día a día.
La situación en Piura es crítica; los habitantes exigen no solo seguridad, sino también mejoras en sus condiciones de vida. La presidenta Boluarte enfrenta un desafío significativo: restaurar la confianza pública mientras aborda una crisis de seguridad que afecta a miles de ciudadanos.
