Las protestas del sector turismo y empresarial aún no tienen el resultado que desearían, pero lograron que exista un avance en cuando a la predisposición de la concesionaria Aeropuertos Andinos del Perú, para que el cierre del aeropuerto Inca manco Cápac de Juliaca no sea tan perjudicial.
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La Cámara de Comercio y la Producción de Puno, hace unos días había advertido que el cierre de este terminal aéreo del 19 de septiembre al 05 de octubre generaría una pérdida aproximada de S/ 900 millones.
Cuestionaron la medida dispuesta por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ya que no se estaba midiendo el impacto de esta disposición. Ello obligó a los empresarios de turismo, restaurantes y demás personas que viven de esta actividad a movilizarse y en Puno y Juliaca.
Francisco Aquise, presidente de la Cámara de Comercio de Puno, también indicó que la medida había provocado que 15 mil vuelos que estaban destinado para Puno se habían reprogramado para otras rutas. Esto implicaba una pérdida en inversiones en varios rubros de cerca de S/500 millones.
La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Puno, consideró que los trabajos de mantenimiento de la pista de aterrizaje deberían postergarse para los meses de octubre y noviembre, puesto que por estas fechas todavía se está en temporada alta de turismo.
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Diálogo
Tras las movilizaciones, la concesionaria decidió reunirse con los involucrados y gestionar una mesa de diálogo para llegar a un justo medio, puesto que es necesario realizar el mantenimiento de la pista de aterrizaje para dar seguridad a los viajeros.
Aeropuertos Andinos se ha comprometido que, para tal efecto, invertirá 120 millones de dólares para estos trabajos, asegurando que no habrá más ampliaciones de plazo, como en ocasiones anteriores.
Son 48 observaciones técnicas que tiene la pista de este terminal aéreo, entre baches, huecos, fisuras y otros que no fueron reparados oportunamente.
La Contraloría detectó que Ositran no supervisó el cumplimiento del mantenimiento rutinario, lo que generó un perjuicio por más de S/3 millones. Esa dejadez repercutió en los retrasos que hoy se presentan y merman la economía puneña.