Las condiciones paupérrimas en las que de opera el Puesto de Salud I- 3 del centro poblado La Rinconada, en el distrito de Ananea, es la muestra más clara de la precariedad del sistema de salud en el Perú. Atiende a una población flotante de 45 mil personas, pero ni tiene servicios de saneamiento.
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Ubicado sobre los 5 mil metros sobre el nivel del mar, en la provincia de San Antonio de Putina, cuenta con 12 trabajadores de salud que laboran en dos turnos. Por la categoría del establecimiento, no pueden hacer guardias nocturnas, pero la necesidad de servicio a veces les obliga.
Según el médico Nelson Gadea Vargas, a diario mínimo atienden 10 pacientes, la mayoría de ellos por accidentes laborales en la mina, o por haber sido víctimas de hechos delictivos. Por su precariedad operativa, solo pueden estabilizarlos y derivarlos a otro centro de mayor complejidad.
Señala que hace años han solicitado un equipo de rayos X, pero tampoco han sido atendidos. También hay la necesidad personal para farmacia, entre otros pedidos que no son tomados en cuenta por la Red de Salud Huancané, a la que actualmente están adscritos.
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Unidad ejecutora
Ante la desatención al puesto de salud, Gadea tuvo que renunciar al cargo. Considera que existe demasiada desidia por parte de las autoridades, y espera que la creación de la unidad ejecutora de Putina soluciones este problema, al menos en materia presupuestal.
Por estos días una comitiva estaría viajando a Lima para entrevistarse con funcionarios del Ministerio de Salud, y estar pendientes del levantamiento de las observaciones que no retrasen más el proyecto.