Un cuantioso contrabando de artículos importados de segundo uso, cuyo valor fue estimado en un millón y medio de soles, halló la Policía Fiscal la madrugada de ayer en la asociación de granjeros Virgen de Copacabana del distrito de Calana, ubicado al noreste del cementerio municipal de Pocollay y límite con el distrito de Ciudad Nueva, en Tacna.
La mercadería estaba en una explanada del predio signado con la manzana K, lote 5, donde se realizaba la crianza de patos y cerdos. No se encontró persona alguna como residente o guardián, por lo que los policías interventores sospecharon que habrían huido.
Los bultos grandes o fardos contenían juguetes, peluches y prendas de vestir; también se halló cajas embaladas de artículos para cocina (utensilios) y perfumería, cada una con la inscripción de un nombre, y autopartes (coronas).
El mayor PNP José Díaz Pasapera, jefe de la Policía Fiscal, indicó que junto al personal de la Aduana de Tacna ejecutaron un operativo en cumplimiento a los acuerdos del Comité de Lucha Contra el Contrabando y Piratería.
A las 5:45 h hacían patrullaje por el distrito de Calana, y en el sector de las chancherías y granjas avícolas visualizaron sobre el suelo la mercancía en estado de abandono que estaban en sacos de polietileno y cajas cartón.
Del hecho se comunicó a la fiscal Ivette Muguerza Casas, del Tercer Despacho de Investigación de la Fiscalía Provincial de Tacna, quien dispuso se realice las diligencias urgentes e inaplazables de acuerdo a ley.
En el predio no se halló al propietario, ni otra persona que responda sobre la mercancía, por lo que los interventores dedujeron que habían fugado.
Según las investigaciones preliminares, uno o dos vehículos grandes habrían trasladado esa mercadería a la zona, tras ser ingresados al país desde Chile por trochas en las inmediaciones del sector El Tripartito, que está en el límite de los países Chile, Bolivia y Perú.
Pasado el mediodía toda la mercadería fue trasladada al almacén de la Aduana, en el sector Tomasiri.
Para los agentes, la mercadería ilegal por 10 toneladas aproximadamente fue traída de Chile en la modalidad de encomienda, por ello cada paquete o bulto tenía un nombre, que correspondería a las personas que debían recogerla. Sandra, María, Juana, Pastorita, Martina, Felicitas, Sandra Bertha, Lucía Cañi, Ana, Lucy Mamani, Bárbara, eran algunos nombres que se pudo leer.
A unos 200 metros del predio rodeado por policías, unas 20 personas que serían propietarias de los bultos se apostaron, al parecer para tratar de recuperar esa mercancía ilegal, por lo que se dispuso el traslado al depósito de la Aduana con fuerte resguardo policial.