Baila marinera desde los seis años y es campeona nacional, estudia artes escénicas, está a punto de debutar como actriz en el cine y sueña con protagonizar musicales para llegar algún día a Broadway como lo hizo Marco Zunino.

A sus 18 años, Macarena Carrillo parece tenerlo todo muy claro, sin embargo, sabe bien que no ha elegido el camino más fácil. Y que además de lidiar con todo el esfuerzo -físico, mental y emocional- que representa plantearse el arte como forma de vida en un país como el Perú, también tiene que hacerlo con los que subestiman su elección y no logran entender todavía aquello que la motiva y que es tan simple como un profundo amor a la danza, que empezó con el elegante baile del pañuelo.

"Ay, pero si bailar marinera es solo mover la falda y sacudir una servilleta. Eso no cansa". "¿Pero qué vas a ensayar si ya sabes cómo se baila?". "¿Estudiar? ¡Pero si tu carrera es danza y eso es facilísimo!". Son algunas de las frases que le sueltan de tanto en tanto, perlas de la ingenuidad que Macarena conserva y recuerda con humor. Y es que más de una vez ha tenido que sonreír frente a este tipo de reclamos tras declinar invitaciones a fiestas y salidas por tener que irse corriendo a ensayar para algún concurso o simplemente para no perder la costumbre de hacer lo que le gusta.

Macarena practica su rutina de baile dos veces por semana, casi siempre viernes por la noche y sábado por la mañana, mínimo durante una hora. Y cuando se acerca algún evento importante, baila al menos dos horas todos los días. Además sale a correr. Porque para bailar marinera como una campeona hay que tener buen físico.

"La falda sola pesa varios kilos. Y hay que tener fuerza para mantener el equilibrio y no dejarse llevar en alguna vuelta. La práctica implica un entrenamiento como el de cualquier deporte. Después de bailar yo siento como si hubiera corrido 6 km", asegura.

PIES DESCALZOS. Macarena Carrillo Velaochaga es campeona nacional de marinera, no solo de a pie sino también a caballo. Fue su padre, el matador de toros Flavio Carrillo, quien montado sobre uno de sus equinos la acompañó como pareja en su primer concurso de baile. Juntos han logrado coronarse tres veces como campeones nacionales en su categoría.

"He crecido rodeada de caballos de paso, porque mi papá los cría. Bailar con ellos me resulta muy natural. No les tengo miedo. Siempre me preguntan cómo lo hacemos, pero la verdad es que nunca hemos ensayado. Mi papá no se sabe ningún paso de marinera", confiesa muy risueña la también actriz de larga y rubia cabellera.

Fue también por su papá que Macarena descubrió esta danza tradicional. Cuenta que durante los certámenes de caballos de paso que organizaba su familia siempre había shows de marinera. "Yo me quedaba alucinada con las bailarinas, sus faldas lindas y las flores que adornaban sus peinados", recuerda con la emoción intacta de la primera vez que vio aquella danza. Entonces le dijo muy convencida a su madre que quería aprenderla. Ella no se negó, pero tampoco la tomó muy en serio.

Así que Macarena insistió e insistió hasta que consiguió una profesora particular. Por aquel entonces, como toda principiante, pensó que bailaría una temporada y que tal vez participaría de un solo concurso. Pero nada más lejos de la realidad. Tras varios intentos, en 2011 se coronó finalmente como campeona en la categoría de a pie. Y desde entonces no ha parado. "Cuando te pica el bichito de la marinera ya no sales", afirma.

El último premio que enorgullece a esta entusiasta bailarina lo recibió en Chincha hace un par de semanas, donde ganó teniendo como pareja a Alex Donet, bicampeón nacional de marinera norteña en Trujillo y su coprotagonista en la película Sueños de Gloria, cinta dirigida por Alex Hidalgo que tiene como leitmotiv a la marinera peruana y que llegará a las salas en noviembre de este año.

TRADICIÓN HECHA CINE. Fue en julio de 2012 que Macarena inició las grabaciones de esta película musical a cuyo casting llegó por sugerencia de uno de sus maestros. Inicialmente fue elegida para ser parte del ballet que acompaña cada una de las canciones en escena de este, el primer filme musical peruano. Pero tras el alejamiento de la protagonista original, Stephanie Jacobs, el papel recayó en ella. Y no pudo estar más feliz.

Durante cinco semanas Macarena disfrutó al máximo de su primera experiencia actoral, grabando en escenarios como Mamacona, el pintoresco pueblo de Moche y la turística playa de Huanchaco en Trujillo, departiendo además con otros bailarines y aspirantes a actores que son parte del elenco en donde también resuenan nombres conocidos como el de Paul Martin, Rebecca Escribens y la leyenda de la música criolla don Oscar Avilés.

"Hacer cine fue todo lo que esperaba. Aunque me aburría un poco durante los tiempos muertos, cuando preparaban la escena y medían la luz por ejemplo", recuerda. Y es que Macarena es una de esas chicas perseverantes y juiciosas a las que les gusta aprovechar cada minuto del día. Por ejemplo, esta semana inició sus clases de muay thai para sacarle jugo al tiempo libre que le dejan las vacaciones, y de paso variar un poco de la danza, que ocupa cada instante de su pensamiento y su vida. "No me imagino haciendo algo distinto", afirma.

Con tanta gracia y talento imposible decirle lo contrario. A ver si sus amigos empiezan a comprenderla de una vez.