Tras las felicitaciones y la algarabía por el tercer lugar en la competencia mundial de coros “Sing for the gold the world choral cup”, Claudia Rheineck, directora de “Voces del Sol”, admite que haber logrado ese reconocimiento es fruto de mucho trabajo y esfuerzo. “Fue una gran chamba, una odisea la verdad, llevar un coro de 50 chicos a Europa. Es la primera vez que “Voces del Sol”, cruza el charco, y eso ha representado mucho esfuerzo, no solamente en la preparación musical que ha sido un nuevo reto para nosotros, sino también en toda la logística, el conseguir los fondos para los chicos”.
¿Y alguna entidad estatal les ayudó o nada? La única ayuda que recibimos fue desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Consulado de Perú en Barcelona, ellos nos apoyaron con el transporte terrestre desde Barcelona hasta Calella, ida y vuelta. El consulado estuvo pendiente de nosotros en todo el trajín de la estadía.
¿Cómo lograron financiar el viaje de los integrantes de Voces del Sol y del equipo?
Bueno, eso fue el esfuerzo de cada padre de familia, también Hanan, la escuela que tengo con Lucho (Quequezana), de hecho ha dado su aporte económico y hemos hecho conciertos pro fondos, rifas. Del Ministerio de Cultura solamente tuvimos una carta para que los chicos puedan faltar al colegio, a la universidad, pero respaldo económico lamentablemente no hemos recibido nunca, y menos para este proyecto
¿Desde que te graduaste en Dirección de coros tenías el convencimiento de trabajar con niños y jóvenes?
Desde muy niña sentí esa pasión por la enseñanza, recuerdo que de pequeña jugaba al colegio en el parque de mi casa, y juntábamos a los niños que estaban alrededor para darles clases, y poco a poco eso se fue volviendo realidad. De hecho con las voces de los niños y los jóvenes me siento muy cómoda trabajando, me gusta mucho trabajar con ellos.
¿Es más difícil o fácil enseñar a niños y jóvenes que a adultos?
Recién he tenido la oportunidad de trabajar con adultos, en la escuela hemos abierto un coro para adultos que se llama Vocal Pop, y creo que cada edad tiene sus cosas. Los adultos no son fáciles tampoco, te traen también otros retos, pero con los adolescentes es muy especial porque siento que es una edad en que los chicos necesitan mucho ser escuchados, y que no solamente es la clase y se acabó, sino también es crear un vínculo con ellos. Es importante que se genere el respeto y la admiración de ida y de vuelta, pero al mismo tiempo que ellos se sientan en confianza con el líder, en este caso conmigo, eso genera un bienestar en el adolescente.
¿Haber conseguido con Voces del Sol el tercer lugar en una competencia mundial te reafirma que estás en el camino correcto?
Desde el día uno les dije a los chicos que, más allá de algún premio que podíamos lograr, el premio mayor será tener esa experiencia, porque va a ser un reto de cambio para el coro, para crecer y no quedarnos estáticos, y creo que eso se logró.
Ir por primera vez a una competencia de categoría mundial y quedar entre los tres finalistas no es poca cosa.
Estar entre los tres primeros ha sido algo que no imaginamos, la verdad es que, claro uno tiene la ilusión, el sueño, obviamente, pero también éramos muy conscientes de adónde estábamos yendo y con qué coros nos íbamos a enfrentar. No ha sido fácil, nos hemos enfrentado con coros que ya tienen una trayectoria y una tradición coral, entonces yo sabía que estábamos yendo a algo muy importante, pero con esta mirada de humildad de poder aprender. Creo que el haber llegado hasta los tres mejores del mundo, ha sido un sueño del que hasta ahorita no despertamos.
¿Qué fue lo que impactó de Voces del Sol al jurado? Lo nos ha llevado hasta este punto es que el coro, más allá de la técnica y del sonido, y que hemos logrado con el tiempo y marca la diferencia, es que los chicos expresan mucho, y cantan con una narrativa muy especial. Eso creo que ha cautivado no solamente al público sino también al jurado, nosotros hemos visto las lágrimas del jurado, creo que eso nos ha diferenciado bastante.