Con el fin de lucir más esbelta para sus fans, se sometió a un riguroso régimen de ejercicios en la playa.

La semana pasada acusaron a Kim de que podría estar embarazada, lo cual resultó falso. Sin embargo, esto hizo razonar a la socialité en que quizá tenga algunos kilitos de más.

Así, Kim Kardashian ha confesado que, al menos, quiere perder 10 kilos y mantener esas curvas infartantes que tanto la caracterizan.