En plena pandemia, cuando la mayoría le ha puesto pausa a su vida, Jean Paul Strauss sigue concretando proyectos. El artista ha preferido dejar atrás los lamentos para reemplazarlo por sincero agradecimiento a Dios, que le ha permitido continuar celebrando la vida, que hoy, es lo más importante.
“Claro que hubo un shock inicial. A todos nos cayó esto como un balde de agua fría y los primeros días todos esperábamos que se arreglara, y eso no sucedía. Uno estaba como flotando sobre una nube, mientras te dabas cuenta que todo se iba cancelando, suspendiendo y la situación empeoraba a nivel mundial”, dice el cantautor..
¿Cuál fue tu reacción antes ese escenario tan apocalíptico?
Yo puse mi fe en Dios como siempre y, además, me repetía una frase que que me acompaña en los últimos tiempos: ‘Uno haciendo y Dios bendiciendo’. Estaba convencido de que él me iba a mandar algo del cielo.
¿Y te llegó el programa de televisión?
Lo del programa me venía dando vueltas en la cabeza desde hace mucho, tenía ganas de hacer televisión, pero sinceramente no daba el paso porque no me atrevía. Las cosas se dieron de una manera casual, un día llego invitado a UCI Teve, y al terminar me proponen el programa porque habían visto mi desempeño. Me reuní con los dueños del canal, les conté la idea, les gustó y tomamos la decisión de arriesgarnos.
Es allí cuando debutas con “Love Love”...
El programa se llama “Love, Love”, igual que mi disco de música cristiana. Es un espacio de entretenimiento, siempre hay un artista o una personalidad invitada con la que converso y profundizo también para conocer su lado humano, su historia, su niñez. Nos divertimos un poco, nos ponemos un reto divertido y lo hacemos juntos. Tengo también un segmento en el que viene la dinámica del amor, por eso se llama “Love, Love”. También pretendemos e intentamos ayudar a personas que tienen algún talento, y de preferencia jóvenes.
Y alejándonos de la conducción, ¿en estos tiempos de pandemia has tenido ganas de componer?
Sí, de hecho, una de las primeras cosas que hice fue acondicionar un espacio en mi casa para armar un estudio. Lo último que puede desaparecer de mi vida es la música. De hecho, la falta de escenario genera cierto estrés, esa nostalgia, el añorar estar con el público y encima no hacer música, para mí es imposible.
¿Escribiste temas cristianos o de todo género?
De todo. Compuse una canción a mi esposa porque justo nos agarró la pandemia en nuestro primer año de matrimonio. Pero además, yo venía con todas estas inquietudes musicales para escribir sobre el cuidado de la naturaleza, de la ecología, del planeta, inclusive hay una canción que he compuesto para los niños que es un llamado de atención respecto a ellos, los más vulnerables.
¿La pandemia te ha motivado a concretar proyectos que habías estado postergando?
Sé que en estos tiempos mucha gente está haciendo cambios de vida, por ejemplo, yo he decidido que de aquí, a un corto plazo me iré a vivir a una zona donde todo esté más cerca de la naturaleza. Una de las cosas que me reinvente en pandemia fue sacar un proyecto de casas autosostenibles. Hemos salido a la venta hace unas semanas con mucho éxito, estamos trabajando duro en eso.
Realmente hay cosas que uno se da cuenta que no las necesitaba tanto...
Todos estamos teniendo mucho tiempo para recapacitar que a veces, el sistema te acostumbra a tener necesidades que no lo eran tanto.
¿Qué importante ha sido tu fe en estos duros meses?
Ha sido todo, cuando uno está atento a estas cosas, al movimiento espiritual al que uno pertenece, te sorprende. Yo he entendido que Dios actúa, puse toda mi fe en él con la confianza de que me va a bendecir en todo lo que haga. Y así ha sucedido.
Jean Paul Strauss
Su padre fue el actor y cantante Fernando de Soria y la actriz Anita Martínez, por lo que su cercanía a la música y el arte fue desde muy pequeño. En 2010 incursionó en el cine con un papel en la película “Las buenas intenciones”.