Kim Kardashian celebró su cumpleaños número 40 en una isla privada, a la cual llevó a cuarenta invitados en un avión para festejar su día lejos del coronavirus. Lo que llamó la atención fue que el gran ausente en la celebración, fue su esposo, el rapero Kanye West.
Más allá de los cuestionamientos que se han hecho en redes sociales, tales como que no es momento de hacer un despilfarro de recursos económicos o que cada uno puede hacer lo que desea con su dinero, la esposa de Kanye West agradeció a sus seguidores por todo lo que ha conseguido y por ser una “privilegiada”.
“Cuarenta y sintiéndome tan humildemente agradecida y bendecida. No hay un solo día que no lo valore en su plenitud, especialmente durante estos tiempos en los que todos hemos recordado lo que verdaderamente importa”, señaló en su cuenta de Twitter.
“Hasta que llegó la COVID, no creo que ninguno de nosotros supiera apreciar el sencillo lujo que suponía poder viajar y reunirte con la familia y los amigos en un ambiente seguro”, agregó.
Kardashian señaló que para este cumpleaños se le ocurrió pasarla con las personas que la han ayudado a convertirse en la mujer que es hoy. Es así que la socialité les pidió a sus invitados que cumplan una cuarentena, les realizó pruebas de descarte para que todos puedan ir a una isla privada y “pretender que las cosas habían vuelto a la normalidad”.
“Bailamos, montamos bicicleta, nadamos junto a las ballenas, hicimos kayak, vimos una película en la playa y tantas cosas más… Entiendo que para la mayoría de la gente esto sea algo inalcanzable ahora mismo y es por eso que acepto con humildad lo privilegiada que es mi vida”, concluyó.