Los amores imposibles de Bossio
Los amores imposibles de Bossio

José Oregón Morales

"Crónica de amores furtivos" significa, haciendo un paralelo, la cosecha grande en el calendario andino. Producto de una siembra paciente y fatigosa, depositando en las entrañas de mama pacha variedad de semillas, que ella con sus mil vientres nos la retorna generosamente.
La narrativa de Sandro Bossio Suárez es variedad. Relatos misteriosos: Un aventurero contemporáneo, seducido por las leyendas andinas sobre el Paititi, termina con la cabeza reducida en una exposición internacional. "El hombre que hablo con la muerte" y la vence misteriosamente. "Retornos", retrato de un alma que vuelve a recorrer los caminos como para recoger los pasos que dio en la vida.
Los argumentos predominantes son de amores imposibles. "El fin del infinito" es el más representativo; bebe de la mitología andina sobre el origen de los parajes y su personaje tiene similitud con aquellos semidioses que son enviados a la tierra a cumplir las órdenes del dios supremo, pero acaban desobedeciéndolas por débiles, por caer bajo la seducción de mujeres terrenas a quienes jamás llegan a poseer; como Wiraqocha que se enamora de Kullahua, una pastora que finalmente es condenada, por seducir a un dios, a bailar y tejer por el resto de sus días. La sentencia al semi dios de "El fin del infinito" es vivir eternamente en las entrañas de los riscos escarpados, como un Prometeo atado eternamente a una roca.
También platónicos y apasionados son "Crónicas de amores furtivos" entre Alejandra y Alejandro, enfermera y paciente; ella experimenta con el varón el tratamiento del amor terapéutico y logra librarlo del cáncer, pero al final llegará la dolorosa frustración cuando Alejandro compruebe que lo que se hizo con sus sentimientos sólo fue un mero recurso novísimo de la medicina. "Rosas para Sofía" o amor por teléfono, los personajes sin conocerse, sólo por la voz, desarrollan un acercamiento y una obsesión por parte del hombre que hace investigaciones admirables para llegar a ella y cuando lo logra ya la pintora de sus sueños había sido enterrada. El mismo Kassandra es el fin trágico de una relación amorosa que no tiene porvenir; la esposa envenena a su marido en el venusterio del presidio, haciéndole besar el veneno que lleva en su cuello al momento de hacer el amor. No quiere que sus hijos conozcan después a su padre, un preso político.
En todos los relatos el autor demuestra pulcritud en el manejo del idioma, profundo conocimiento de los temas que embargan a sus personajes, por lo que sus lectores no sólo se deleitan con las interesantes narraciones sino que hallan fuente de instrucción. Demuestra, maestría en técnicas narrativas que cogen al lector y lo guían por los espacios del interés, la intriga y el desenlace imprevisto. Asuntos que a futuro merecerán mayores análisis críticos sobre estructura narrativa, tipificación de personajes.
"El asombro de Gabriel" y "Concilio mayor", son a mi modesto entender los más logrados técnicamente. A no dudarlo, Bossio es representante de una nueva generación de narradores que no sólo le pone la pasión de los antiguos, sino que conoce los recursos técnicos para que el mensaje, el ideal que se propuso al escribirlo llegue redondo al alma de sus lectores. Ha tomado temas para todos los centros de interés y esta entrega es sólo la cosecha de una temporada. Ahora, al gozar de su trabajo tenemos la certeza que prodigará al Perú de frutos históricos para la narrativa nacional.
Si lo que escribimos no conmueve, si no impulsa a leerlo de nuevo, ¿para qué escribimos? Hay dos historias conmovedoras con proyecciones sociales insospechadas: "El largo tren del olvido" y "Daños colaterales". Son el reflejo de una realidad cruel que han vivido, especialmente los pueblos andinos de Ayacucho, Junín y Huancavelica.
Dudamos que las reparaciones a los familiares de las decenas de miles de víctimas de la violencia interna sean realidad como se pregona; dudamos que las sanciones a los genocidas se cumplan en esta sociedad donde se "corona al asesino y se enmienda al héroe" (Scorza). Pero si estamos muy seguros que los genocidas jamás podrán escapar al juzgamiento histórico de las nuevas generaciones. "El largo tren del olvido" y "Daños colaterales" significan la voz de los miles de niños asesinados que no tienen voz.
"Clara", personaje principal de "El largo tren del olvido" también es la historia de un amor imposible por la vida, de una niña cuyo corazoncito desfalleciente galopa con el ansia de ver su futuro, pero que al igual que miles de flores en capullo son segadas por la bestialidad humana.