Juliana Gattas, integrante de “Miranda!” junto a Alejandro Sergi, celebra el lanzamiento de “Nuevo Hotel Miranda!”, su más reciente trabajo musical del que ya presentaron como adelanto “Siempre que lo beso” junto a Kenia Os, “Como amigos” con Ana Mena, “Por ese hombre” junto a Abraham Mateo, y la reciente “Triste” con Conociendo Rusia. Desde Buenos Aires, la vocalista del popular dúo argentino, a 25 años de su lanzamiento, habla con Correo sobre su vigencia en la industria musical por encima de las modas y las actuales tendencias.
“Yo, quizá me visualizaba teniendo una banda muchísimos años, pero lo que nunca me imaginé es cómo se ha sostenido el interés de la gente en lo que hacemos con Miranda. Tenía la certeza de que a mí, lo que más me gusta es hacer arte y que lo iba a hacer para siempre, lo tuve muy claro desde chica; pero jamás me imaginé que habría por tantos años tanta gente interesada en lo que teníamos para proponer”, dice Gattas.
Admites esa capacidad de resistencia que tienen las agrupaciones con trayectoria, ante la inmediatez que exige hoy la industria. No tengo esa melancolía de querer que las cosas sean como antes, pero sí tengo muy presente lo que cuesta sostener, no solo en las nueva generaciones, el ritmo que tienen las cosas ahora. Lo importante es no cerrarse a que las cosas son de esta manera y ahora no vale otra alternativa. Es lindo estar en el presente pero chusmear en el pasado y ver qué se puede inventar, que se puede hacer con lo del pasado que alguien no lo está tocando ahora.
Precisamente, en su más reciente álbum se unen a intérpretes y cantantes jóvenes para intercambiar públicos. También nos dan ganas de conquistar nuevas audiencias, gente que se sume y que ese interés se sostenga. De alguna manera es como una búsqueda de amor, y también sentimos que hay mucha gente que ya nos conocía y volvió a interesarse, como que una especie de que ganamos por convencimiento. No es solo público nuevo, sino que hay mucho reincidente.
Nuevo Hotel Miranda definitivamente es la reafirmación de su vigencia juntando a otros talentos. Hay nuevos talentos, hay amigos en el disco, hay artistas con los que teníamos ganas de trabajar en el álbum anterior, en el Hotel Miranda. Hay un proceso no tan premeditado, sino más orgánico de trabajar con artistas con los que sentimos una afinidad estética y musical, y no nos quedan ya caprichos por cumplir.
¿En sus inicios cómo los calificaba la crítica, los etiquetaba? Bueno, la crítica nos decía que hacíamos música electrónica y electropop, como nosotros nos habíamos puesto en su momento para definirnos. A mí me gusta llamarlo electropop melodramático, por esta cosa de lo visual, la interpretación y lo histriónico de los shows, también nos han dicho kitsch, pero nada de lo que nos han dicho no es cierto. Una vez un periodista, que luego se convirtió en un amigo mío, dijo que éramos los Pimpinela del pop, nosotros lo abrazamos muchísimo y nunca nos alejamos de esa referencia, por cierto, grabamos un tema de ese dúo al que admiramos.
¿El proceso creativo del dúo se ha mantenido en el tiempo? Hay cosas que no cambiarán nunca. Alejandro es el compositor y el alma musical de Miranda, el que va todos los días al estudio, explora y escribe canciones, escribe para Miranda, pero también para muchos otros artistas. Es un compositor que no descansa nunca, y yo con el tiempo me he dedicado más al perfil estético de la banda, a los videos, a los conciertos, a la estética en general.
¿Y la relación con Alejandro se ha mantenido intacta, sin conflictos de por medio? Esta división, no de poderes, sino de placeres, nos vino muy bien y se dio cuando la banda cumplió más o menos 10 años. Naturalmente, yo por ahí dejé de ir tan seguido al estudio que no es mi lugar favorito, y a Ale le pasa exactamente lo contrario. Esta división hizo mucho por la banda porque directamente a ninguno le molestó, los departamentos están muy definidos y esto ayuda para que nos llevemos mucho mejor.