Más de cuatro décadas apostando por la música, desde que a sus 15 ya participaba en festivales de rock, Miguel Mateos goza de toda la autoridad para hablar de un oficio que considera parte de su vida. Ha pasado el tiempo, hoy la industria es otra, pero lo que sí permanece intacto es su talento y sus canciones, éxitos que se siguen escuchando y que llevan su sello inconfundible.
“Las canciones que resisten son aquellas que dicen cosas, las que tienen un determinado mensaje o metáfora y que de alguna manera te hacen pensar; lo han hecho en los ochenta y también lo harán en el 2040″, dice el músico que acompañado de su banda tocará el 3 de diciembre en la explanada Il Giardino en Trujillo y el 4 en la Concha Acústica del Campo de Marte junto al grupo Río.
La vigencia está en la calidad de las canciones.
Por qué crees que están en el recuerdo de millones en el mundo las canciones de Los Beatles, porque son buenas canciones, esa es la única verdad. No sé si mucha de la música del reguetón se va a poder escuchar 40 años después, yo estoy festejando cuatro décadas de trayectoria y hay temas míos que están intactos y los siguen cantando.
La idea es que los viejos rockeros no claudiquen y sigan batallando.
Lo que nos toca es seguir poniendo nuestra música en vitrina como una una alternativa para las generaciones jóvenes, como diciéndoles: ‘se escucha hoy esto, pero también sigue estando este tipo de música. Me parece importante también que los artistas con trayectoria no se queden solo en el pasado nostálgico, sino que se proyecten a hacer cosas nuevas; en mi caso tengo para el próximo año el estreno de una ópera rock que escribí en pandemia.
Es un homenaje a tus influencias musicales.
De alguna manera es un homenaje más a mi formación musical que fue en los setenta, una obra con música, letra e historia propia, pero vas a escuchar influencias de Franz Zappa, Génesis, Yes, Emerson, Lake y Palmer. La obra es una muestra de mis estudios de composición y orquestación en la que me alejo del rock, pero al mismo tiempo sigo estando ahí, nada más que en un formato diferente.
Con 40 años de carrera y álbumes con Zas y como solista, ¿resulta complicado armar un repertorio que complazca a todos?
En dos horas de concierto siempre va a faltar algo, tengo que incluir muchos clásicos, de lo contrario sería muy malo de mi parte, son canciones que son parte de la vida de la gente. Soy sincero y también elijo canciones que por ahí no son tan hits, para decirlo de alguna manera, pero también son parte de mi historia y me da pie para contarla.
¿Y en esa historia haber sido el vocalista de la banda telonera de Queen en los conciertos que dio en Buenos Aires en 1981 ocupa un lugar especial en tus recuerdos?
Mi vida profesional comienza en 1981 cuando Zas fue elegido por un concurso como banda telonera de Queen en los conciertos que dio el grupo en Buenos Aires. Mandamos un casete para ser evaluado, finalmente salimos elegidos y tuvimos que ir a buscar un bajista y un guitarrista, pues yo me encargaba de los teclados en ese momento.
Sin un disco grabado, ante miles de personas en el estadio de Velez, alternando con una banda inmensa, ¿qué te quedó a partir de ese día?
Fue la confirmación absoluta de que a partir de ahí mi vida iba a cambiar, no sabía qué tanto, pero sentí que iba a vivir de la música siempre. Esos conciertos me marcaron, me dieron la certeza de que tenía que seguir haciendo lo que amaba, que era hacer música
¿Tuvieron algún contacto con Mercury, May, Taylor o Deacon?
Realmente no, porque obviamente eran intocables, nosotros éramos cuatro muchachitos que nos parecía un sueño lo que pasaba. Los vi desde el backstage y la experiencia fue brutal, imborrable desde todo punto de vista.
Miguel Mateos
Músico. Entre su etapa junto a su banda “Zas” y luego con su carrera como solista, el cantautor argentino ha logrado situarse en un lugar importante en la escena rockera en su país y en América Latina.